Esto ocurrió, mientras el país se apresta a reactivar otro de los reactores apagados tras el desastre que causó el tsunami del año pasado en la planta nucleoeléctrica de Fukushima.
Los manifestantes expresaron también indignación por un informe que atribuyó el desastre en Fukushima a la cultura japonesa de "obediencia reflexiva" pero que no responsabiliza a nadie en particular.
Japón decidió apagar todas sus plantas nucleares de generación eléctrica para revisar su seguridad debido a que el terremoto y tsunami de marzo del año pasado causaron varias fusiones accidentales en los reactores en la planta Dai-ichi de Fukushima.
Unas 150.000 personas fueron desalojadas en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta por el temor a la radiación y la zona fue considerada durante más de un año insegura de habitar.
El accidente nuclear, el segundo más grave en el mundo después de Chernobil, también provocó una amplia división social en Japón, que hasta entonces fue optimista sobre la tecnología nuclear.
La manifestación de este lunes en el Parque Yoyogi fue una de las recientes y de las más concurridas que realziaron los japoneses, generalmente recatados. La nueva protesta fue apoyada por unas 200.000 personas, según los organizadores.
"Queremos dejarle a nuestros hijos un mundo sin energía nuclear", insistió Takeshi Shinoda, quien trabaja en un hospital, mientras participaba en la marcha con su hijo de tres años en un carrito.
Los líderes del movimiento aseguran que reunieron 7,4 millones de firmas para solicitar a las autoridades el abandono gradual de la energía atómica.
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