El Tribunal de Oslo condenó este viernes a Anders Behring Breivik a la pena máxima de 21 años de cárcel prorrogables, al considerarlo penalmente responsable de los atentados de hace un año en Noruega, donde murieron 77 personas.
Breivik fue sentenciado a una pena de custodia de un máximo de 21 años y un mínimo de diez años, explicó la juez principal, la magistrada principal Wenche Elizabeth Arntzen, quien añadió que el veredicto es unánime.
La custodia es una figura legal del Derecho noruego que puede equivaler a una cadena perpetua, ya que una vez cumplida la pena, los tribunales pueden prolongarla de forma indefinida cada cinco años, si consideran que el reo continúa siendo un peligro para la sociedad.
En concreto a Breivik se le condena por 77 homicidios intencionados "en circunstancias especialmente graves".
La magistrada resaltó que las ideas extremistas de Breivik no son únicas y que son compartidas por otras personas, aunque dudó de que exista en realidad la red europea antiislámica de militantes nacionalistas de la que aquel dice formar parte.
"El tribunal no encontró fundamento para la existencia de los Caballeros Templarios", afirmó Arntzen.
Breivik, que inicialmente había dicho que solo recurriría si era declarado un enfermo mental y condenado a tratamiento psiquiátrico forzoso, reaccionó a la lectura del veredicto con una sonrisa.
"Nos dijo que la sentencia no era ninguna sorpresa", manifestó uno de sus abogados, Odd Ivar Grøn, a la edición digital diario VG durante la primera pausa de la vista.
Familiares de las víctimas recibieron con alivio la pena
Muchas de las víctimas y de los familiares reaccionaron con "alivio" al conocer la sentencia, declaró Mette Yvonne Larsen, uno de sus representantes legales.
"Parece una decisión muy razonable, inteligente e independiente", dijo Larsen, invitando a la Fiscalía a no apelar por lo "duro" que supondría para las víctimas tener que pasar por un nuevo juicio.
Uno de los supervivientes de la matanza de la isla de Utøya, Tore Sinding Bekkedal, presente en el tribunal, se mostró satisfecho.
"Este era el veredicto que había esperado", señaló Bekkedal, quien mostró su deseo de "intentar seguir adelante" a partir de ahora.
Familiares de víctimas presentes en la sala donde se celebraba la vista se abrazaron también durante el primer descanso, que continuaba con un repaso de los atentados, antes de entrar en las premisas que sustentan el veredicto.
Si ninguna de las partes presenta una apelación, para lo que tienen un plazo de 14 días, Breivik pasará a cumplir su pena en un centro de máxima seguridad en el penal de Ila, al oeste de Oslo, donde permanece en prisión preventiva desde hace un año.
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