Para transitar en carro durante las noches de los viernes, sábados y vísperas de lunes festivo por la carrera 31 con la calle 37Sur, frente al hospital de Envigado, tenga cuidado para no ocasionar un accidente con los clientes de un negocio del lugar que, con sus mesas y sillas, ocupan la mitad de la calzada.
Aunque en otros sectores de Envigado no es tan evidente la ocupación del espacio público por parte de particulares como en este lugar, conocido como La Concha, sí se nota, como ocurre en la Bota del Día, barrio Mesa y sector de Guanteros, que los clientes de algunos negocios prefieren sacar a las aceras las mesas y sillas, impidiendo el paso de peatones, los que, en muchas ocasiones, terminan en la vía esquivando los carros.
Los habitantes de esa localidad se han quejado en varias oportunidades por esta situación que se presenta en las noches, pero aunque la administración dice que se han hecho los correctivos de rigor, el problema subsiste y así lo comprobó este diario en recorridos por diversos sitios de Envigado durante tres fines de semana.
En el sector de La Concha o Guáimaro, hay vecinos que manifiestan su desesperación porque ya no aguantan tanto ruido y la ocupación con carros de las entradas a sus casas.
"Llevo 50 años viviendo en este lugar que era muy calmado por su proximidad al Hospital, pero desde hace tres años esto se empezó a volver comercial y tanta bulla nos tiene enfermos, dijo un hombre, habitante del sector.
Lo más cruel, anotó, es que cuando cierran, en la madrugada, los clientes siguen la rumba en sus carros con sus potentes equipos de sonido".
Indicó que llaman a "monitoreo", para que la Policía y las autoridades de Espacio Público hagan algo y no les hacen caso.
Mientras tanto el propietario de un pequeño negocio del mismo sector se preguntó "¿para quién es la ley, a quién se le aplica en Envigado?".
Se quejó porque él sí ha sentido el rigor de Espacio Público y que, incluso, ya le hicieron retirar un aviso, porque no tenía permiso.
Otro ciudadano indicó que para estacionar su carro es toda una odisea, porque en los fines de semana la entrada a su casa, por lo general, está ocupada, pero más bien espera a que quiten el vehículo para entrar el suyo y así evitar problemas con personas que casi siempre están tragueadas.
El comandante de la Policía de Envigado, mayor Néstor Cepeda, indicó que con la Administración hay qué hacer una labor más contundente para sancionar a los infractores, porque "con pañitos de agua tibia de decir que retiren las mesas o que mermen la bulla, y no más, no funciona".
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