La papa no ha sido ajena a los fenómenos económicos del mundo, que golpean con fuerza el precio del alimento esencial en la dieta de los colombianos. En mayo, el tubérculo fue el producto más costoso de la canasta familiar, con un incremento de 37,27 por ciento.
Pero esta alza imparable no se remonta solo a los acontecimientos del año. Es una situación que previeron los productores desde el segundo semestre de 2007, cuando se presentó una sobreoferta de la raíz y el precio cayó hasta que el consumidor encontró el bulto de papa a 10.000 pesos, en las centrales de abasto.
Los precios bajos llevaron a la quiebra a los papicultores y provocaron una disminución en el área de siembra, que se manifestó a comienzos de 2008 cuando el alimento ya no se encontraba en abundancia en las cadenas de comercialización. Sin embargo, el abastecimiento de papa nunca ha sido deficiente.
Según reportes de la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), en febrero el tubérculo se vendió en las plazas mayoristas a 500 pesos el kilo, precio razonable para las amas de casa, pero insuficiente para los productores que no lograban reponerse de la caída sufrida en meses anteriores.
Lo que ninguno se imaginó es que este apenas era el comienzo de una escalada alcista del producto.
Para la primera quincena de marzo se comercializó en 600 pesos por kilo y dos semanas después ya estaba en 700 pesos por kilo.
Empezando abril, las centrales del país reportaron un costo de 750 pesos el kilo, pero en una semana el precio subió 20 por ciento. A final de mes, la papa estaba a 900 pesos el kilo.
El panorama ya era preocupante para el Gobierno Nacional, pues a pesar de los apoyos a los agricultores y la propuesta de sustituir un alimento costoso por otro más barato no pudo controlar la tendencia alcista.
Factores externos como la cotización internacional del petróleo, que elevó hasta en 80 por ciento el precio de los fertilizantes (úrea) y por ende los costos de producción, una menor siembra de la raíz y finalmente el intenso invierno fueron, según el Ministerio de Agricultura, las principales razones del aumento del precio de la papa.
En mayo, con un valor escandaloso, la tradicional papa empezó a comprarse en 1.250 pesos y terminó el mes en 1.300 pesos.
Alza preocupante
En lo corrido del año, el tubérculo ha tenido un alza de 135,49 por ciento. Dato preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que en el cálculo del costo de vida del Departamento Nacional de Estadística (Dane), que fue del 0,93 por ciento en mayo, la papa pesó 80 por ciento en la medición.
Según el Sistema de Información de Precios del Sector Agropecuario (Sipsa), en los primeros días de junio la variedad R-12, o papa industrial, tuvo un alza de nueve por ciento, al pasar de 1.313 pesos a 1.427 pesos por kilo, debido a las lluvias que dificultaron la recolección de la cosechas en Cundinamarca, principalmente en Chocontá, Villapinzón, Ubaque y Mosquera.
En Medellín, la papa criolla registró un aumento de 12 por ciento, al pasar de 933 pesos a 1.050 pesos el kilo.
El ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias Leiva, indicó que "si el precio de la papa no empieza a ceder rápidamente las familias deben empezar a sustituir el alimento por otros más económicos para no perder poder adquisitivo".
Para el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía López, el plátano y la yuca son los alimentos que podrían sustituir a la papa, ya que aportan carbohidratos y en este momento tienen suficiente oferta y precios más bajos.
En mayo, el plátano y la yuca tuvieron un alza de 1,77 por ciento y 0,19 por ciento respectivamente.
"Aunque se observa un incremento en el plátano, este no es alarmante, pues la oferta es óptima en todas las regiones porque las cosechas están saliendo bien", aseguró el dirigente gremial.
Concluyó que el precio de la papa seguirá creciendo debido al costo de los insumos, pero que la oferta mejorará debido a las cosechas de segundo semestre que abastecerán las mayoristas.
El cultivo de la papa en el 2002 ocupó el noveno lugar en superficie cultivada, con 164.294 hectáreas, y el sexto en valor de la producción.
Su participación en el valor real de la producción agropecuaria nacional representó el 3,62 por ciento y el 4,3 por ciento del total del área cultivada en el país.
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