Cayendo uno por cero, con nueve hombres en la cancha, con el técnico y el asistente expulsados y con lágrimas en los rostros de jugadores e hinchas, el onceno tricolor terminó uno de los partidos que con mayores razones debía ganar en la cancha.
Un tempranero gol de Carlos Valdés tras el cobro de Juan Carlos Quintero, ambientó la angustia de los hinchas que se agolparon en las afueras del estadio y que acompañaban al equipo con cantos y coros, esperando mejores resultados.
A partir de ese momento el cuadro cardenal se organizó de tal forma que ninguna llegada de los volcánicos era concretada.
Ni la otrora eficiencia de Óscar Altamirano con pelotas aéreas ni la contundencia de Hugo Pablo Centurión en los disparos de media distancia pudieron darle verdaderas opciones al onceno local para abrir el marcador.
La segunda mitad del encuentro solo se diferenció porque crecía la angustia y el desespero en la cancha en medio del silencio de las tribunas.
Santa fe seguía organizado y cubría cada intento de llegada del local. La falta de manejo en el partido hizo que el central Albert Duarte, expulsara al Capitán Centurión, luego a Andrés Mosquera y por último al técnico Bernal y a su asistente.
Así terminó el partido y el sueño de un pueblo que duro 10 años disfrutando de un onceno que le daba alegrías a una tierra con dificultades.
Disturbios y enfrentamientos con la fuerza pública
“Así no se puede tratar a un equipo que con las uñas luchaba cada domingo por salir adelante. Gracias a la Dimayor y a Oscar Julián Ruiz que dejaron ver sus intenciones de acabar en el escritorio a un equipo con el que no pudieron en el fútbol”, fueron las voces más moderadas de los hinchas y seguidores que consideraron injusto el descenso del cuadro volcánico.
Los ánimos se fueron calentando y el desorden se tomó las afueras del estadio. manifestantes vestidos con las camisetas del onceno tricolor tiraban piedras contra los carros de la Policía, ante lo cual los uniformados respondieron con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Varios minutos duraron los enfrentamientos y algunas personas debieron ser evacuadas por ambulancias tras verse afectados por los gases.
Tristeza y desolación dejó el partido entre Pasto y Santa fe. En la capital nariñense aún se espera el resultado de este mismo encuentro en la final de la copa Colombia como única fuente de alegría en el deporte para el pueblo nariñense.
