Resulta por lo menos desconcertante que numerosos peatones sigan arriesgando sus vidas mientras cruzan por lugares prohibidos, en avenidas tan amplias como la calle Colombia o la Autopista Norte, en inmediaciones de la Terminal de Transportes de la zona.
Cualquiera se sobrecoge cuando ve la cantidad de estrellas negras en el pavimento y, aun así, se descubre a los ciudadanos lanzados al riesgo de ser arrollados por los automores.
En Medellín se conocen campañas pedagógicas, incluso algunas que mezclan recursos artísticos, con las cuales se quiere persuadir a la gente del beneficio que trae usar los puentes peatonales. Una ruta un poco más larga, pero segura.
Ya es hora de que los ciudadanos tomen conciencia de los costos sociales que trae actuar con tal insensatez. No queremos más estrellas oscuras sobre el pavimento.
Pico y Placa Medellín
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