Del 70 al 80 por ciento de las dependencias de la Universidad de Antioquia tienen el semestre atrasado.
No sólo eso: tienen encima el peligro de la pérdida del período. ¿El motivo? Desde mediados de septiembre la anormalidad académica ha sido la constante.
Cuando se creía que todo volvería a sus cauces, tras determinación de la Asamblea Estudiantil, un grupo de encapuchados produjo disturbios el jueves y retornó la incertidumbre.
Ayer el Consejo Académico expidió un comunicado en el que indica que "las constantes y múltiples interrupciones, consistentes en asambleas permanentes, en protestas, en enfrentamientos con la policía, en explosiones, en gases y en destrucción de bienes, han generado un clima de zozobra e inestabilidad que ha impactado de manera negativa la realización del semestre, y nos ubica ante la inminente pérdida de éste por la imposibilidad de realizar de manera normal, en el tiempo que resta, las actividades lectivas en la mayoría de las dependencias".
El vicerrector Martiniano Jaime Contreras dijo al periódico que "si se normaliza la situación, es posible que acabemos semestre". Aunque cada dependencia tiene su calendario, en general se ha retrasado. Quizás Medicina, Economía e Ingeniería son las más estables.
Si se estudiara hasta más allá de mediados de diciembre y se retomara la actividad tras la primera semana de enero, podría salvarse el semestre.
"Así no podemos, porque para defender la universidad tiene que estar abierta", precisó.
Los reclamos de estudiantes y últimamente de otros sectores no identificados tienen que ver, entre otros asuntos, con la financiación de la universidad pública.
El rector, Alberto Uribe Correa, dijo por medio de un mensaje público que "la Universidad no puede perder su norte y no puede sucumbir ante los embates de unos pocos que saben capitalizar estratégicamente los elementos de inconformidad de algunos sectores de la población, para obtener satisfacción en sus intereses particulares".
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