En una racha de secuestros que alerta al mundo naval, piratas somalíes detuvieron ayer un remolcador estadounidense con 16 tripulantes a bordo en el Golfo de Adén.
El secuestro se produjo mientras el capitán del barco estadounidense Maersk Alabama, Richard Phillips, sigue de rehén en un bote salvavidas vigilado por dos buques de guerra norteamericanos. Por la liberación de Phillips se piden dos millones de dólares.
Barcos de guerra de Estados Unidos impiden que los piratas somalíes envíen refuerzos al bote salvavidas donde el capitán estadounidense es mantenido como rehén, en el quinto día de una tensa situación en aguas de África oriental.
En un recordatorio del peligro impuesto por los piratas, la armada francesa liberó el viernes a una tripulación secuestrada la semana pasada por otros piratas somalíes, pero uno de los rehenes murió.
Los piratas amenazaron matar al rehén, el capitán Richard Phillips, si Estados Unidos los ataca, según un somalí que ha estado en contacto con los piratas.
El somalí dijo que los piratas convocaron a otros cuatro barcos secuestrados con rehenes de varias nacionalidades, incluyendo Filipinas, Rusia y Alemania.
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