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Uno de los medios que utilizan los delincuentes para extorsionar son las llamadas telefónicas, en las que a través de preguntas que parecerían cotidianas, logran obtener información relevante de la vida del ciudadano para amenazarlo y atemorizarlo.
Muchas de estas llamadas son narradas por los ciudadanos e incluso, son ubicadas en las carteleras de unidades residenciales, volviéndose parte de un mito que para muchos no supera las historias urbanas. No obstante, en algunas ocasiones estos mitos son verdad.
Por esta razón la Policía Nacional publicó unas recomendaciones para que las personas "aprendan a contestar el teléfono" y no se dejen engañar cuando reciban llamadas que buscan extorsionarlos.
"El delincuente tiene información pública de teléfonos, a través de medios como páginas amarillas y publicidades, y la aprovecha para la ubicación de familiares y bienes", afirmó la Policía Metropolitana.
Después de tener el teléfono y algunos datos de la víctima, se empiezan a verificar con las personas de su entorno. Llaman y se hacen pasar por las autoridades, y a través de preguntas cerradas, comienzan a obtener más información.
Ya cuando recopilan los datos suficientes, amenazan con grupos armados ilegales y arremeten con un discurso agresivo que termina por presionar a la víctima para que consigne el dinero. La Policía Metropolitana agrega que muchas de estas extorsiones se ejecutan desde las cárceles.
En la información publicada, la Policía indica cuál debe ser la respuesta para estos casos. Por ejemplo a la pregunta ¿Hola, a dónde llamo?, se le pide responder a la gente: ¿a qué casa quiere hablar? o a la pregunta: ¿Quién habla?, se debe contestar ¿con quién quiere hablar?
También se le solicita a los ciudadanos denunciar cuando reciben estas llamadas a las líneas 165 y 112 o a la línea nacional de la Dirección Antisecuestro y Extorsión 01 8000 91 1129.