Lectores, debo decir que la semana pasada, cuando escribí la primera columna sobre este tema polémico, no pretendía imponer mi visión del mismo. Por eso los invité a enviar sus comentarios sobre la aplicación de las llamadas "fotomultas". Gracias por sus cartas.
Me tomé la tarea de leer, uno por uno, los comentarios que remitieron directamente a mi correo y los que colgaron en la versión digital del artículo. Con todo rigor, hallé la siguiente estadística: 71 lectores se pronunciaron en contra de la medida. Otros 33 lo hicieron a favor de ese mecanismo de control. Y 21 observaron que es útil, pero que se deben revisar los parámetros técnicos que definieron los límites de velocidad en varias zonas.
De esos comentarios, extracto la siguiente lista de ideas remitidas por los lectores. Las sintetizo:
1. Debe haber límites claros de velocidad (debidamente advertidos, visibles) y multas inapelables para quienes los violen.
2. Pero esos límites deben ajustarse a criterios técnicos que consideren especificaciones de vías y entornos.
3. En esa medida, un alto porcentaje de los lectores consideró que el límite de 60 km/h en las calzadas exteriores de la Regional y la Autopista no se ajusta a las características, tráfico y uso de ambas vías. Piden una revisión.
4. Hay coincidencia en que en las entrecalles de la ciudad, el límite sea 60 km/h.
5. Hay que hallar fórmulas para que las fotomultas no se apliquen, a veces, sin considerar situaciones de excepción: abrir paso a ambulancias, "un taxista que llevaba a una señora en embarazo", un conductor en medio de una balacera, el guarda que pide avanzar aun con el semáforo en rojo. Me reportaron varios casos de ese tipo.
6. La gente reclama que el dinero recaudado se vea invertido, de inmediato, en buena señalización, campañas pedagógicas y mantenimiento de las vías. Medellín tiene, hoy, muchos huecos.
7. Hay quienes recomiendan el uso del GPS para ubicar las cámaras y evitar las sanciones (¿?). No es lo debido, pero como consideran arbitrarias las fotomultas, entonces dicen: "a esa tecnología mal empleada, respondámosle con la misma dosis".
8. Los lectores se preguntan: ¿dónde están las cámaras para evitar la inseguridad que azota a Medellín? Para combatir atracos, raponazos, robo de autos y motos, sicariato y demás delitos.
9. Otros lectores dicen que las zonas donde hay cámaras deben estar claramente demarcadas, en un área mínima de 500 metros. Con avisos muy visibles. Que no haya cámaras escondidas, como sucede hoy en varios casos.
10. No les parecen "muy santos" el límite de velocidad y los sitios de ubicación de las cámaras, así como la comisión del 25% a operadores particulares. Exigen los lectores que el Alcalde electo, Aníbal Gaviria, el nuevo secretario de Tránsito y el Concejo revisen el tema y el de la movilidad, en general, muy precaria.
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