Con la pesada sombra de una crisis económica sin precedentes, y la petición generalizada del levantamiento del bloqueo económico de Estados Unidos hacia Cuba, inició ayer en Puerto España, Trinidad y Tobago, la V Cumbre de las Américas que reúne a los 34 presidentes elegidos de forma democrática en el hemisferio occidental.
El presidente de Estados Unidos afrontó el tema del embargo desde sus primeras palabras en la Cumbre y reconoció su disposición a trabajar en el asunto, además prometió una renovada relación con toda América Latina.
En su intervención inaugural, el presidente Obama no fue inferior a las expectativas y mostró su disposición a abordar "con el Gobierno cubano una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos y la reforma democrática a las drogas, la inmigración y asuntos económicos. "Creo que podemos llevar la relación entre E.U. y Cuba en una nueva dirección", dijo.
Con su tradicional fuerza oratoria, Obama aseguró que no habla por hablar, y que su interés de mejorar las relaciones con América Latina, es real.
"Estados Unidos ha cambiado. No ha sido fácil, pero ha cambiado. Hay que recordar a todos los mandatarios que no se trata solo de E.U. el que tiene que cambiar, todos tenemos responsabilidades", dijo.
Obama también anunció la posibilidad de un fondo para microcréditos para el hemisferio y la inyección de 30 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico en el Caribe. Dijo, aunque sin muchos detalles, que buscará la posibilidad de la recapitalización del BID.
Desde la llegada de los mandatarios suramericanos, presidentes como Cristina Fernández, de Argentina; Daniel Ortega, de Nicaragua, y Hugo Chávez, de Venezuela, insistieron en que su principal preocupación en la cumbre era la petición del levantamiento del embargo a Cuba.
"Cuba esta presente, aquí, con Venezuela", dijo Chávez a su arribo.
Justamente Chávez y Obama tuvieron un fugaz encuentro en la recepción del hotel en el que se saludaron amablemente e incluso se dieron la mano. Fue el primer encuentro entre los dos mandatarios.
Los 34 presidentes arribaron al aeropuerto de Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, y fueron recibidos por comitivas caribeñas en un país cuya población supera por poco el millón de habitantes.
Sin duda alguna, el presidente que se robó las miradas de todos los isleños, e incluso de las otras comitivas presidenciales, fue el estadounidense Barack Obama, que bajó de su avión pasadas las tres y media de la tarde.
El imponente Air Force One, se posó en la pista del aeropuerto de Puerto España y opacó de forma inmediata todos los otros aviones que esperaban a un lado.
Las aeronaves de las comitivas de Brasil, Canadá, Ecuador y Chile, tuvieron que detener su recorrido para darle espacio a la aeronave que traía al primer líder afroamericano en la historia de E.U. Su delgada y alta figura saludó al público desde las escalinatas para luego desaparecer en una inmensa comitiva de seguridad.
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