El asesinato del reclamante de tierras de Curvaradó (Urabá), Manuel Ruiz , y su hijo de 15 años, se suma a la dramática lista de líderes que han sido víctimas de grupos ilegales que se oponen a la restitución de tierras en esa zona y en otros sitios del país.
La cifra de muertes relacionada con reclamación de tierras supera el medio centenar en los últimos tres años.
Las primeras investigaciones atribuyen este doble asesinato a las llamadas "Águilas negras", vinculadas a bandas criminales que operan en la región de Urabá, sometida a la violencia ligada también al narcotráfico y las guerrillas, que se disputan controles territoriales en buena parte del país.
Esta lamentable noticia se da en momentos de una profunda división dentro del propio Gobierno Nacional.
La renuncia del director del Incoder, Juan Manuel Ospina , entre muchas otras razones, se debió a insuperables diferencias con el Ministro de Agricultura, cabeza de la ley de restitución de tierras, por la forma en que se ha estado adelantando el proceso.
Este mismo diario había advertido de los peligros que conlleva utilizar el tema de la restitución de tierras como bandera política. Las convocatorias a los campesinos para que se movilicen y defiendan la ley de tierras es peligrosa e inconveniente.
La seguridad de las víctimas y de las familias reclamantes debe ser el primer objetivo del Gobierno central, pues de nada vale devolverles las tierras si quedan a merced de los violentos.
De lo contrario, las víctimas seguirán en peligro.
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