No es brasileño, no conoce la samba y lo único que tiene en común con el país de las garotas es su gusto por el calor y las playas.
El estilo de crack lo está construyendo con cada jugada que realiza en el campo. Su seriedad en la cancha es inquebrantable, pero cuando está afuera, su cara cambia y se convierte en el más dicharachero del grupo.
Además de ser habilidoso con el balón, comparte una estampa que no cualquiera posee en el fútbol, tiene el nombre de dos grandes del balompié mundial.
Carlos Ronaldo Hernández es un niño de 12 años que vino a probar suerte a Medellín. Es cartagenero de nacimiento, pero desde hace seis meses juega con el equipo de Cristo Rey, conjunto clasificado a la final del Ponyfútbol que arranca mañana.
"Estoy muy contento para jugar el Pony; la ilusión es que podamos llegar a la final y quedar campeones", dice Ronaldo, mientras mueve sus manos.
En Medellín está alojado en una casa que tiene el club para los jugadores que vienen de afuera. Allí, convive con otros niños que empiezan a forjar su futuro como futbolistas.
Ronaldo es espigado, moreno y de contextura fornida; mide 1.61 metros y tiene como gran virtud la velocidad y la pegada fuerte a la pelota.
Aunque sus raíces son caribeñas, la bandeja paisa es su comida preferida, inclusive por encima del pescado.
Mientras camina por la cancha, habla con honestidad sobre su poca disposición para el estudio. Sonríe mientras dice que, "me desconcentro muy seguido y muchas veces no iba a estudiar, pero desde que estoy en Medellín tengo más disciplina".
El cartagenero sabe muy bien que lo que quiere para el futuro es "ser un jugador profesional para sacar a mi familia adelante".
Aunque todavía es un niño, sus pensamientos son bastante maduros y afronta todo con responsabilidad. Los ídolos en este deporte los tiene muy bien definidos. Su homólogo, Cristiano Ronaldo, es el ejemplo en la forma de juego que le gusta practicar al cartagenero.
Entre la champeta, los entrenamientos y la bandeja paisa, transcurren los días de Ronaldo, una estrella que buscará brillar al mejor estilo de los grandes, en un torneo que cultiva las figuras del futuro futbolístico colombiano.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4