Hoy me asaltan varias inquietudes, aparte del dolor que siento por Natalia (Natalia es hoy un símbolo de la violencia contra la mujer).
Nos conmovemos más si a la persona que le sucedió, es rica o no lo es, pero acá lo importante es que no hemos llegado al fondo de la razón de nuestra existencia.
Seguimos causando daño, por el simple hecho de no aprender a perdonar, a sanar nuestras heridas, a no retroceder a nuestro pasado, no nos cuestionamos si cuando lastimo al otro "a mi hermano" pudiera pasarme a mi eso mismo.
¿Acaso no vinimos a este mundo a reconfortarnos con la retribución de nuestras buenas obras, pero también a pagar una y mil veces, nuestros malos actos?
Con dolor en el alma lo digo...pero también con toda la admiración a favor de Natalia... todo se paga y gracias a Dios es así, porque la ley Colombiana ni ha sido ni será nuestro protector. De 1 a 7 años de cárcel puede ser la condena que sufra este inconsciente que hirió a Natalia para toda la vida. ¡Qué tal…
Todavía dudan en esta existencia de una fuerza superior que está más allá del libre albedrío de los malos, que tal vez muchas veces cuestionamos porque no puede hacer nada frente a los perversos. Él no puede intervenir en sus macabros actos demenciales, pero actuará su justicia a favor de Natalia, su familia, y nos aferra a Él todos a quienes sí nos sensibilizan estos actos crueles.
Doy hoy gracias a Natalia, por mostrarme que hay mujeres más valientes que yo, más luchadoras, doy gracias a Dios una y mil veces por todo lo que tengo, por lo menos lo más grande... sentir que aún hay gente buena que se conmueve con estos horrores y que mientras seamos algunos a los que nos duela el alma... así seamos muy pocos, todavía puede quedar una esperanza de cambiar el mundo.
Sólo el amor nos hará libres.
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