Qué mejor lienzo que la misma piel para plasmar su rostro grabado. Para llevar siempre su imagen grabada.
El tatuaje de la persona amada es la expresión de que no conformes con la fotografía en la billetera, se ha querido marcar con fuego el amor para tener siempre a ese ser mucho más cerca de nosotros.
Es una prueba de cariño, un homenaje sin par. Y todo porque no se borra con el tiempo ni los elementos naturales, y se exhibe en todas partes sin pudor, cuando nos despojamos de la ropa.
Se le cuenta al mundo que hay una o más personas a las que amamos, ofrecemos la existencia y que en nosotros habitan.
La amada, la mamá, el papá, los hijos aparecen innegables ante los ojos escrutadores de quienes posen la mirada en nuestro cuerpo.
Son imágenes que respirarán con nuestros poros hasta el último segundo de la vida.
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