Desde hace años la Tierra viene sufriendo comportamientos inusuales de la naturaleza, asociados con el cambio climático. Estos fenómenos son cada vez más frecuentes e intensos y sus consecuencias más impactantes y perjudiciales.
No podríamos encontrar un mejor y más reciente ejemplo que la ola de frío que azotó a Norteamérica en los últimos días, con temperaturas extremas que no se veían hace 144 años. El asesor de Ciencia y Tecnología del presidente Barack Obama, John Holdren, afirmó clara y enfáticamente que la ola de frío polar que afectó a Estados Unidos y Canadá tiene estrecha relación con el cambio climático. El experto afirmó que "el Ártico se está calentando dos veces más que las latitudes medias y esto provoca ondas de aire frío que pueden llegan más al sur". Dijo además que "cada día hay más evidencias de que la temperatura media anual y las precipitaciones están cambiando a nivel mundial y que los episodios de frío extremo se van a repetir cada vez con más frecuencia". En Argentina se quejan por estos días del intenso calor con temperaturas que superan los promedios. El clima está loco y las consecuencias son cada vez más dañinas: fríos o calores extremos, catástrofes naturales, inundaciones, sequías, hambre, muerte. El hombre acorralado por un problema que no supo resolver. El calentamiento global sigue y no hay un compromiso decidido de todas las naciones. Una paradoja: Estados Unidos, renuente al protocolo de Kioto, se muere de frío.
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