Haciendo a un lado lo complicada y agotadora que debe ser la agenda del Presidente es asombrosa la capacidad que posee para manejar las diferentes facetas que lo acompañan en ese diario trajinar.
Debe tener la respuesta adecuada en el momento preciso; que hoy hable sobre la necesidad de reelegir la política de Seguridad Democrática que es de su autoría y que el día siguiente piense y difunda el concepto valedero de que no es sano que alguien se perpetúe en el poder. A renglón seguido expresa que no es justo defraudar a todos los millones de personas que confían en él y le solicitan que siga dirigiendo los destinos del país.
En otras alocuciones entrega mensajes de no querer seguir para dedicarse a la enseñanza académica; para acabar de desconcertar a tantos interesados en conocer sus verdaderos intereses, se da a la tarea de mencionar y poner en consideración posibles sucesores suyos. Cierra con tranquilidad pasmosa diciéndole al Legislativo que se le dé prioridad a todos los procesos que involucren las reformas propuestas por el gobierno y esto en detrimento de la reelección lógicamente.
En resumen, son un montón de mensajes que envuelven todas las características de inteligentes acertijos, de enigmas que muchos quisieran descifrar.
Cada mensaje no explícito del Presidente, crea un enigma, una incertidumbre, es otro acertijo más, que se convierte inmediatamente en noticia para el día siguiente? y los Uribistas lo disfrutan.
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