Una mujer suicida se inmoló ayer en medio de un grupo de peregrinos chiítas en las afueras de la capital iraquí, lo que provocó la muerte de, por lo menos, 41 personas y más de un centenar de heridos.
La fanática perpetró el atentado al hacer explotar una bomba que llevaba oculta en su cuerpo, mientras miles de peregrinos chiítas colmaban las calles para el comienzo de una ardua travesía a la ciudad sureña de Kerbala, a 80 kilómetros al sudeste de Bagdad, para el ritual religioso de Arbain.
Una fuente del Ministerio del Interior y un funcionario de la policía dijeron que 41 personas murieron y 106 resultaron heridas en el ataque que fue contra una carpa donde los peregrinos reciben agua y alimentos.
El país se prepara para celebrar elecciones en marzo, cuando se espera que el Gobierno del primer ministro, Nuri al-Maliki, tome fuertes medidas de seguridad y lance varios acuerdos petroleros que ubicarían a Irak entre los tres mayores exportadores de crudo del mundo.
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