Las lágrimas inundaron el estadio El Campín por partida doble, pues al son en el que los jugadores de Millonarios daban la vuelta olímpica, sus hinchas lloraban al decirle adiós a un ayuno de 24 años sin saborear el título en Colombia.
Mientras Wason Rentería, Juan Esteban Ortiz, Lewis Ochoa, Yonny Ramírez y Wilberto Cosme tenían un encuentro íntimo con la gloria en un sector del gramado, los integrantes del Independiente Medellín lucían incontrolables por perder una final de infarto desde el punto penalti.
Apenas Andrés Correa falló el cobro para determinar el triunfo embajador 5-4 y acabar con el sufrimiento que generó el 1-1 de los 90 minutos, la afición azul entró en éxtasis y dejó atrás el año 1988 como fecha del último título, para festejar el 2012-II en el que los azules fueron los mejores de principio a fin con una propuesta futbolística que debió evitarles el sufrimiento de ayer.
Mientras los integrantes del elenco rojo esperaban con los ojos encharcados el trofeo del subcampeón, y arropados por el panameño Amílcar Henríquez, los de Millonarios se montaron a los arcos y hacían rituales con los 35.000 hinchas. Todos pintados de azul, brincaron y se confundieron en un abrazo, como una señal para que Bogotá se pusiera de fiesta.
Los festejos que habían empezado con el gol de Wilberto Cosme (45’) y se habían aplazado por el empate 1-1 de William Zapata (51’), fueron retomados con más fuerza. Nadie quería salir de un estadio iluminado ahora con 14 estrellas en el cielo bogotano. "Y ya lo ven, y ya lo ven, fuimos campeones otra vez"... cantaba la masa millonaria.
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