Su casa no es común, levantada en tierra y con vecinos, se trata de un nido construido en la copa de un árbol, donde habita y sueña que el mundo mejore para así, algún día, bajar y volver a vivir con su familia, que incluye a un hijo adolescente.
Hace más de un año Juan Carlos Quintero, un habitante de Medellín de 38 años, decidió instalar su “apartamento” sostenido por las ramas de un árbol a un costado de la Autopista Sur, es una “vivienda” de no más tres metros en la que tiene cama, baño, cocina y los elementos necesarios para vivir sin sufrir de frío, calor o chuparse aguaceros.