Washington acogió este viernes la firma de un acuerdo entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC), con el que se busca poner fin al conflicto armado que azota el este del país africano desde hace más de tres décadas. La firma tuvo lugar bajo los auspicios de Estados Unidos y contó con el respaldo de Catar, que también participó como mediador.
El pacto, suscrito por los cancilleres Thérèse Kayikwamba Wagner (RDC) y Olivier Nduhungirehe (Ruanda), y presenciado por el secretario de Estado Marco Rubio, incluye el compromiso de Ruanda de cesar sus “medidas defensivas” en territorio congoleño.
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Esto ocurre en un contexto marcado por el avance del grupo rebelde M23, que ha tomado el control de zonas estratégicas como Goma y Bukavu, con el presunto respaldo de Kigali, según informes de la ONU y del propio gobierno estadounidense.
Donald Trump, presente en la reunión en la Casa Blanca, celebró el acuerdo como “un nuevo capítulo de esperanza, armonía y prosperidad” para la región. Además del cese de hostilidades y el respeto a la integridad territorial, el pacto contempla la creación de un “mecanismo conjunto de coordinación en seguridad” y la posible integración condicional de grupos armados no estatales.
Estados Unidos también busca asegurar el acceso a minerales críticos, indispensables para sectores como la tecnología, defensa y energía limpia. En abril pasado, el presidente congoleño Félix Tshisekedi ya había ofrecido a Washington acceso prioritario a coltán y cobalto —de los que RDC es uno de los principales productores mundiales— a cambio de apoyo militar contra el M23.
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El este de la RDC, aunque rico en recursos naturales, ha sido escenario de violencia persistente que ha dejado unos seis millones de muertos y una grave crisis humanitaria. Expertos y organizaciones como Global Witness han alertado sobre los riesgos de repetir viejos esquemas de saqueo y corrupción. Denuncian que sin reformas reales y transparencia, este nuevo acuerdo podría beneficiar a élites locales y actores extranjeros a costa de la población congoleña.
Mientras tanto, una cumbre entre Trump, Kagame (Ruanda) y Tshisekedi (RDC) está prevista para julio en Washington, como parte de un marco más amplio de integración económica regional.