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Los ocho jugadores de rugby acusados de matar a golpes al joven Fernando Báez, de 18 años, frente a una discoteca hace tres años en Argentina, pidieron disculpas a la familia de la víctima, en las palabras finales de un juicio que ha conmocionado al país y empezó el 2 de enero de este año.
Los imputados, con edades de entre 21 y 23 años, tuvieron expresiones como “pido perdón”, “pido disculpas”, “no hubo intención de matar”, “no hubo un plan (de asesinar)” y “estoy arrepentido”.
En la audiencia final en un tribunal de Dolores, unos 200 kilómetros al sur de Buenos Aires, el abogado defensor Hugo Tomei solicitó “la absolución” de los acusados por la muerte del abogado en formación Fernando Báez Sosa, que ocurrido en enero de 2020 en el balneario de Villa Gesell.
“No se pudo probar el plan para matar. No hubo estado de indefensión (de Báez Sosa) bajo ningún concepto”, argumentó el defensor de los señalados. Los acusados, en prisión preventiva desde el día del crimen, se conocían porque jugaban rugby en un club de Zárate, 90 km al norte de Buenos Aires.
“Que se pusieran a llorar no me conmovió, porque mataron a mi hijo”, dijo ante los jueces Graciela Sosa, la madre de Fernando, quien trabaja cuidando ancianos. El padre, Silvino Báez, es un albañil. Ambos son inmigrantes paraguayos.
Tomei admitió la agresión de sus defendidos. Pero dijo que “en todo caso, el hecho podría ser encuadrado como agresión en riña (que conlleva una pena de 2 a 6 años) u homicidio simple (8 a 25 años), sin que “se pueda saber nunca quién mató” a Báez Sosa.
El veredicto del tribunal se conocerá el 6 de febrero, se informó oficialmente el jueves tras ser modificada la fecha original del 31 de enero.
El crimen ocurrió el 18 de enero de 2020 en la madrugada, luego de un altercado entre Báez Sosa y Thomsen en un club nocturno de Villa Gesell, un balneario favorito de los adolescentes en vacaciones de verano.
Báez Sosa fue echado de la disco y estaba acompañado por un grupo de amigos en la acera. En ese momento fue golpeado por sorpresa, derribado, rodeado por los acusados y pateado en el suelo, inconsciente, hasta morir, según imágenes de videos, chats de móviles y al menos 23 declaraciones de testigos presenciales.