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Los tres primeros lugares del Índice de Actuación contra el Cambio Climático que realiza la Red de Acción Climática (CAN) sobre el cumplimiento por países del Acuerdo de París están vacíos. Ese informe, que fue publicado ayer, dejó en evidencia que ninguna de las 61 naciones que evalúa está siguiendo correctamente los compromisos que el mundo firmó en 2016 para salvar el planeta.
Ese estudio mide cómo está la protección del clima en materia de emisión de gases efecto invernadero, uso de energías renovables, consumo de energía per cápita y política del cambio climático. Su conclusión es que “ningún país se desempeña lo suficientemente bien” en esas categorías. Las calificaciones que da son “muy buena”, “buena”, “moderada”, “pobre” y “muy pobre”.
Ni las potencias mundiales están haciendo bien la tarea porque solo India y Reino Unido tuvieron una calificación “buena”. Chile es el mejor latinoamericano y su desempeño ambiental está a la par del de Finlandia y Noruega. Entre los que tienen la peor evaluación están Canadá, Estados Unidos, Japón y Rusia (ver Infografía).
Los productores y exportadores de combustibles fósiles representan menos del 10 % de la población mundial. En esa lista están Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita y Australia y ese grupo coincide con los que se ubican en la parte inferior de la tabla: los que están más lejos de cumplir con el Acuerdo de París.
Stephan Singer, asesor principal de la Red de Políticas Energéticas Globales de Acción Climática, asegura que esos son los “más contaminantes de carbono y los mayores consumidores de energía. Ninguno de ellos tiene una política climática federal útil para reducir la contaminación, lo que demuestra el poder de influencia de las industrias de combustibles fósiles en esos lugares”.
Por eso Juan Carlos Benavides, profesor de la facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana, considera que “estamos tan lejos de cumplir los acuerdos como al principio porque los grandes contribuyentes no reducen sus emisiones”.
Chile es el primer latinoamericano y el número once en el ámbito mundial. Ese país, que apenas entró en la medición para este año, tiene en marcha un plan para la eliminación gradual del carbón para 2040. Además, busca cumplir de manera progresiva la neutralidad de carbono para 2050. El primer paso para esa meta es cerrar ocho de las veinticuatro centrales de generación de energía a partir de carbón, una decisión que terminaría de ejecutarse en 2024.
Nuestro vecino, Brasil, está en el puesto 21. Aunque es una posición relativamente estable, la Red de Acción Climática reseñó que carece de políticas de reducción de emisiones a largo plazo, de acciones para la eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles y de planes para contrarrestar la deforestación.
Por otro lado, si bien Colombia no está en la medición del Índice de Actuación contra el Cambio Climático, el 30 de noviembre el presidente Iván Duque se comprometió a reducir en 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, paso para el que es indispensable implementar la transición energética –usando fuentes renovables– y reducir la deforestación.
Ángela Plata, directora de la maestría en Mitigación y Adaptación al Cambio Climático de la Universidad Sergio Arboleda, destaca que hay avances en los planes integrales de gestión del cambio climático en el ámbito territorial y sectorial, también en la política de cambio climático, “pero, al igual que en el resto del mundo, nos falta trabajar en la deforestación”.
Cuando se le pregunta al profesor Benavides qué pueden hacer los gobiernos para mejorar los índices del compromiso climático el experto asegura que las fuerzas políticas tienen peso, pero “son los poderes económicos los que definen esas emisiones”. Por eso, cumplir con los objetivos del Acuerdo de París es una meta que pasa por todas las esferas del poder y requiere algo más que voluntad política.