La lucha que despertó interés mundial y sembró de dudas a numerosos sectores políticos en el mundo está llegando a sus días finales. El debate que se realizó ayer en Las Vegas, el último en la actual campaña hacia la Presidencia de Estados Unidos, vio a los dos candidatos —la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump— utilizando estrategias distintas, faltando 20 días para acudir a las urnas.
Para Trump, el debate era probablemente la última oportunidad de revertir una campaña que parece derrotada en medio de distintos escándalos. El más relevante de ellos, lo tiene contra las cuerdas y respondiendo a numerosas acusaciones sobre abuso sexual, que se sumaron a la indignación generada por un video que muestra sus comentarios lascivos y machistas sobre las mujeres.
Por su parte, aunque llegó a estar con una ventaja de dos dígitos en las encuestas, Clinton llegaba a la contienda intentando salir indemne respecto a sus propios escándalos, como fue su responsabilidad en coyunturas problemáticas causadas por la primavera árabe (Siria y Libia), y en especial su uso indebido del correo personal para asuntos oficiales como secretaria de Estado (2009-2013).
De entrada, el debate estuvo enfocado en los temas sensibles de la actualidad política estadounidense, en especial asuntos como el aborto y la legislación en torno a la tenencia de armas.
“Comprendo y respeto la tradición de la tenencia de armas que se remonta al inicio de nuestra nación. Pero debe haber regulaciones razonables. El hecho de que yo apoye la Segunda Enmienda no implica que no quiera impedir que sujetos peligrosos amenacen a nuestras familias por el fácil acceso que tienen actualmente a las armas. Tenemos 33.000 personas que mueren al año a causa de esta problemática y yo los tengo en cuenta al pensar sobre este asunto”, afirmó Hillary Clinton.
Trump, por su parte, aseguró que no cambiará nada de esta normativa que tiene al país vulnerable a los hechos violentos: “En Chicago, donde tienen las leyes más duras respecto a la tenencia de armas, tienen no obstante los niveles de violencia más altos en el país. Yo me siento honrado de tener apoyo de la NRA (National Rifle Association), y nombraré a un magistrado que sea muy vehemente en la defensa de la Segunda Enmienda”.
En general, la contienda se centró en temas “serios”, a diferencia de anteriores debates, como la política exterior y la inmigración. Al no entrar en fuertes polémicas —no como su rival, que se centró en ataques—, quedó claro que Clinton evitó daños. Máxime si al final, Trump puso en duda si reconocería una eventual derrota, lo que generó indignación nacional.