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¿Limpieza étnica? Donald Trump implementará una oficina de remigración, una estrategia que genera preocupaciones en EE. UU.

El presidente de Estados Unidos buscará implementar un concepto que ha sido impulsado en Europa por grupos extremistas.

  • El paso en Texas es una de las rutas más usadas por quienes buscan ingresar a Estados Unidos de forma ilegal. FOTO: Getty
    El paso en Texas es una de las rutas más usadas por quienes buscan ingresar a Estados Unidos de forma ilegal. FOTO: Getty
03 de junio de 2025
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En medio de su estrategia para seguir expulsando migrantes del territorio estadounidense, el presidente republicano Donald Trump busca intensificar sus métodos, siendo el último uno de los que ya empieza a generar preocupación en la nación norteamericana.

Se trata de la Oficina de Remigración, la cual funcionará dentro de la Oficina de Refugiados y Migración, que actualmente se encuentra en restructuración, según el medio estadounidense Axios.

Lea también: Crecen las restricciones del gobierno Trump para otorgar la visa: estas son las nuevas reglas que complican el trámite

El objetivo de estas oficinas será seguir de cerca los procesos de deportación y facilitar el regreso “voluntario o no” de inmigrantes y no asimilados a sus países de origen. Esta entidad trabajará en colaboración con el Departamento de Seguridad Nacional (DOS por sus siglas en inglés).

La creación de la Oficina está detallada en un documento de 136 páginas que fue enviado al Congreso de Estados Unidos y que deberá ser aprobado o no antes del 1 de julio.

En ese mismo documento también se plantea una reorganización del Departamento de Estado, eliminando oficinas encargadas de derechos humanos, reemplazándolos para supervisar asuntos relacionados con “democracia y valores occidentales”. La iniciativa es liderada por el secretario de Estado, Marco Rubio.

“El Departamento de Estado notifica al Congreso su intención de reorganizar las operaciones internas del Departamento, incluidas más de 300 oficinas y despachos, para volver a centrarse en los objetivos básicos de la política exterior estadounidense y en las necesidades de la diplomacia contemporánea”, dice la introducción de la propuesta conocida por agencias internacionales.

La propuesta no sorprende debido a que en campaña Donald Trump ya había hecho referencia a esta, pues en septiembre de 2024 mencionó la apertura de estas oficinas.

“Como presidente, pondré fin de inmediato a la invasión migratoria de Estados Unidos. Detendremos todos los vuelos migratorios, eliminaremos todas las entradas ilegales, cancelaremos la aplicación móvil de Kamala (Harris, exvicepresidenta y excandidata presidencial) para el tráfico de inmigrantes ilegales (CBP One App), revocaremos la inmunidad ante la deportación, suspenderemos el reasentamiento de refugiados y devolveremos a los migrantes ilegales de Kamala a sus países de origen (también conocido como remigración)”, dijo Trump a través de su cuenta de X el año pasado.

En su momento, Stephen Miller, asesor cercano de Trump y quien es considerado el autor intelectual de las políticas migratorias implementadas por el republicano, agregó: “El plan de Trump para acabar con la invasión de los pequeños pueblos estadounidense. ¡Remigración!”.

Sin embargo, las alertas están encendidas por el término utilizado, el cual hace parte de una estrategia que ha sido promovida por grupos extremistas en Europa.

¿De dónde proviene el término remigración?

El término remigración es una figura que se ha impulsado en el Viejo Continente por figuras como el austriaco Martin Sellner, quien la ha presentado a través de tres fases que son expulsión de indocumentados, deportación de residentes legales que sean considerados por el Estado como una “carga” y la eliminación de ciudadanos “no asimilados”. El objetivo de esta estrategia es lograr una sociedad que sea “étnicamente homogénea”.

Para el cumplimiento de la primera fase, su promotor habla de “crear un ultimátum e incentivos económicos para autodeportarse”, algo que ya estaría implementando el gobierno de Donald Trump ofreciendo a los inmigrantes indocumentados mil dólares si utilizan la aplicación CBP Home para autodeportarse.

Como ejecución de la segunda fase, la remigración plantea la deportación de “inmigrantes que ingresaron legalmente al país y tienen permiso de residencia o trabajo, o visado temporal, pero son una carga económica, criminal o cultural”.

En su tercera fase, la remigración exige la expulsión de todos los migrantes incluidos los ciudadanos “no asimilados”. Esta última expresión hace referencia a personas que aunque gozan de los mismos derechos de un natural de ese país, no han adoptado la cultura, religión o idioma dominante en esa nación.

La promoción de este término es popular entre grupos de extrema derecha en el continente europeo, quienes inclusive se han reunido en Italia para debatir la implementación de estas oficinas.

Eurodiputados como Roberto Vanacci han mostrado públicamente su apoyo al término remigración. “Durante años se nos dijo que la inmigración incontrolada era una ventaja, pero hoy los ciudadanos italianos y europeos ven con sus propios ojos las consecuencias de esta ilusión: barrios convertidos en enclaves, tensiones sociales crecientes, pérdida de identidad e inseguridad. Detrás de la fábula de la inmigración como recurso se ha escondido la incapacidad o la voluntad de un determinado partido político de defender el interés nacional”, mencionó al medio Euronews.

Esta política se ha hecho común en partidos de extrema derecha y populistas del Viejo Continente. Organizaciones como el Partido de la Patria en Reino Unido, Partido de la Libertad (FPO) de Austria, Vox en España y Reconquête en Francia, inclusive, han asistido a cumbres de remigración.

Esta idea promovida por el austriaco Sellner se fundamentan en la teoría conspirativa del Gran Reemplazo (The great replacement) que indica que las poblaciones de tradición blancas y cristianas están siendo invadidas por “hordas musulmanas” o por inmigrantes de países en vía de desarrollo como parte de un plan para socavar a las naciones “nativas”.

Peligros de la remigración

Para expertos de organizaciones internacionales en contra del odio y el extremismo, este término promueve políticas que son muy peligrosas.

Wendy Via, directora del Proyecto Global Contra el Odio y el Extremismo, ha manifestado públicamente que este tipo de políticas son una “forma moderna de limpieza étnica”.

“Es un día terrible para nuestro país cuando los defensores de la ‘remigración’ dan crédito a EE. UU. y a la administración de Trump por normalizar el término”, sentenció ante el medio Wired.

Nicolae Viorel, funcionaria de la plataforma Migration Insider ha resaltado que términos como “no asimilados” podrían ser usados de forma arbitraria para perseguir minorías y acelerar procesos de deportación sin garantías legales.

Sigan leyendo: Trump se sale con la suya: Corte Federal de Apelaciones en Washington reactivó otra vez los aranceles

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