Desde este lunes es formalmente efectiva esa restauración diplomática y con ello las hasta ahora secciones de intereses de ambos países se convierten en embajadas, lo que culmina la primera fase del histórico deshielo anunciado hace siete meses, el 17 de diciembre de 2014, por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Este mismo lunes, la bandera de Cuba volvió a ondear en su sede diplomática de Washington, con una ceremonia solemne que encabezó el canciller cubano, Bruno Rodríguez y a la que asistieron más de 500 invitados.
En la histórica ceremonia, en la que también se interpretó el himno de Cuba, coreado por los presentes, la representación oficial de Estados Unidos estuvo a cargo de la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson.
Además de Rodríguez y Jacobson, presenciaron en fila el izado de la bandera frente a la sede diplomática cubana la directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal.
Vidal y Jacoson encabezaron las negociaciones emprendidas en diciembre pasado para normalizar las relaciones bilaterales.
Tras la ceremonia, que incluye el desvelado de una placa en la verja de la embajada, el canciller Bruno Rodríguez se dirigirá al Departamento de Estado para reunirse con su titular, John Kerry.
Será la primera visita de un responsable de la diplomacia cubana a esa sede desde la ruptura de las relaciones, en 1961.
Además hoy tuvo lugar en el Departamento de Estado la colocación de la bandera cubana junto a las del resto de países con los que Estados Unidos tiene relaciones, en el salón de entrada de dicha institución.
Estados Unidos y Cuba concretaron así el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas tras casi 55 años de ruptura, con la apertura en Washington de la embajada cubana.
La ceremonia del izado de la bandera cubana, se llevó a cabo en el edificio que desde 1977 acogía la Sección de Intereses de Cuba.
La ceremonia se siguió en la isla en directo a través de la televisión estatal cubana.
La ya Embajada de Estados Unidos en Cuba, antes sección de intereses, confirmó este lunes su reapertura y el restablecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales en un comunicado divulgado en La Habana.
“En concordancia con el anuncio efectuado el 1 de julio por el presidente Barack Obama, hoy los Estados Unidos y Cuba han restablecido relaciones diplomáticas”, indica el comunicado emitido por la “Embajada de Estados Unidos de América. La Habana, Cuba”, según figura en la cabecera de la nota.
La Sección de Intereses de Estados Unidos, añade, “se ha convertido oficialmente en la Embajada de los Estados Unidos en La Habana y continuará sus funciones diplomáticas desde su sede en el Malecón, bajo el liderazgo” del a partir de hoy encargado de negocios ad interim, Jeffery DeLaurentis.
Sin precisar fechas concretas, la Embajada estadounidense confirma también que el secretario de Estado, John Kerry, “viajará a Cuba este verano (junio-septiembre en el hemisferio norte) para celebrar la reapertura” de la sede diplomática en La Habana “e izar la bandera estadounidense”.
“En las próximas semanas se ofrecerán más detalles sobre la ceremonia de apertura”, agrega el comunicado.
Cuba y Estados Unidos, enemistados durante más de medio siglo tras el triunfo de la Revolución castrista, inauguran hoy una nueva era con el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, rotas en 1961, y la reapertura de sus embajadas en La Habana y Washington.
Canciller cubano exige fin del embargo durante la apertura de la embajada
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, exigió el fin del embargo y la devolución del territorio en el que está la base naval de Guantánamo en un combativo discurso con motivo de la reapertura de la embajada cubana en Washington.
“Es grande el desafío porque nunca ha habido relaciones normales entre EE.UU. y Cuba pese a siglo y medio de intercambios entre sus pueblos”, destacó Rodríguez.
El ministro de Relaciones Exteriores felicitó a los funcionarios de ambos países que participaron en las negociaciones para la normalización de las relaciones por haber logrado que ondee de nuevo en Washington la “bandera de la estrella solitaria”.