Solo dos escaños separan al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de tener la mayoría en el Senado. Curules que, precisamente, siguen en disputa y serán votadas el próximo 5 de enero en el estado de Georgia. Esos comicios son el capítulo final de las elecciones 2020.
El Congreso de ese país tiene dos cámaras. En la Cámara de Representantes los demócratas tuvieron la mayoría en los dos últimos años de la administración saliente de Donald Trump, pero en el Senado los republicanos siempre controlaron la sala y, con esto, le dieron vía libre a la Casa Blanca en asuntos como el juicio político contra el mandatario.
Con los comicios de noviembre el partido de Biden se aseguró su continuidad como la colectividad mayoritaria en la Cámara, pero en el Senado nada es certero porque las dos curules de Georgia quedaron por definirse porque ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría necesaria para quedarse con esos asientos.
Actualmente ambos están ocupadas por senadores republicanos, David Perdue y Kelly Loeffler, y los dos aspiran a la reelección, pero la carrera es compleja por varios motivos.
Primero, Georgia es considerado un estado en disputa o battleground state (como se le dice en inglés). Esto quiere decir que ambos partidos acostumbran tener una reñida competencia en los comicios que allí se realizan. Segundo, en noviembre Biden se quedó con los votos electorales que este representa, pero la diferencia en los sufragios populares fue del 0,2 % y estos tuvieron que recontarse antes de ratificar su triunfo.
Tercero, si bien este 2020 en las presidenciales el estado fue azul –o sea, demócrata– en 2016 y 2012 fue una zona roja –es decir, republicana–. Cuarto, las encuestas muestran resultados tan ajustados que para uno de los escaños la diferencia de intención de voto es del 0,1 %.
Para entender la carrera por el Senado en Georgia es necesario tener en cuenta que el Congreso de Estados Unidos renueva cada dos años una tercera parte de sus bancos y las contiendas por esos poderosos asientos se dan por un escaño específico. Es decir, los candidatos se lanzan por una curul determinada y la competencia es directa entre un demócrata y un republicano.
Para uno de los banquillos el actual legislador David Perdue busca la reelección frente al demócrata Jon Ossoff, quien quiere arrebatarle el puesto que ocupa desde 2015. De acuerdo con los sondeos del portal especializado en política, FiveThirtyEight, Perdue tiene el 47,9 % de intención de voto frente al 47,8 % de Ossoff, menos de 0,1 puntos porcentuales de diferencia.
En el otro Kelly Loeffler aspira mantener su puesto, enfrentada a Raphael Warnock. Según FiveThirtyEight, Warnock tiene el 48,3 % de intención de voto, mientras que Loeffler cuenta con el 47,3 %. Esa contienda parecería más sencilla para los demócratas porque Loeffler apenas llegó al Senado en enero de 2020 como reemplazo de Johnny Isakson, quien renunció a su puesto en diciembre de 2019.
“En una elección cualquiera diríamos que en Georgia los republicanos siempre tienen más posibilidades de ganar porque es un estado conservador, pero las circunstancias cambiaron este año con todas las críticas a Trump y es probable que los demócratas puedan quedarse con al menos uno de los escaños. Esta elección tan reñida muestra cómo está dividido el país”, asegura el profesor de política de American University, Emilio Viano.