“Esto es un desastre”, resume, con desolación, María Quintana, ante la terraza vacía de su bar, frente a la Sagrada Familia de Barcelona, donde las autoridades pidieron a sus ciudadanos que se queden en casa ante un virus que arrecia nuevamente.
La segunda ciudad española amaneció taciturna este sábado, cuando empezaron a aplicarse las medidas del gobierno regional catalán para frenar la proliferación de casos que se triplicaron en una semana y suman casi 800 nuevos contagios en siete días.
Entre ellas está la recomendación de no salir de casa si no es necesario, la prohibición de reunirse más de 10 personas o el cierre de teatros, cines, discotecas o salas de conciertos.
“Ahora justo que se empezaba a notar un poco de reactivación y había algún turista de fuera de España es un paso atrás”, asegura María Quintana, de 35 años, desde el interior de su pequeño establecimiento.
Frente a la barra del bar han retirado los taburetes, porque las autoridades regionales les prohibieron servir allí. En la terraza, las mesas están separadas ampliamente, aunque tampoco hay clientes entre quienes mantener la distancia de seguridad.
“Si vuelven a imponer confinamiento y nos obligan a cerrar, yo bajaré la persiana, pero con mi cuello debajo, a modo de guillotina, porque no podremos subsistir”, lamenta.
Las nuevas restricciones llegan menos de un mes después del fin del estado de alarma en España, que enmarcó el severo confinamiento decretado por el gobierno para reducir notablemente la transmisión de un virus que se cobró más de 28.400 vidas en el país.
También dañó gravemente el tejido económico del país, especialmente en sectores como la automoción y el turismo, que confiaba en mitigar pérdidas durante la temporada de verano.
Pero enfrente de la inacabada basílica de la Sagrada Familia, uno de los monumentos más visitados de Barcelona, los turistas se podían contar con los dedos de las manos a media mañana, la mayoría ajenos a las nuevas restricciones decretadas por el gobierno regional.
“No lo sabíamos, aunque es verdad que no hay mucha gente en la calle. Pero no creo que vayamos a cambiar nuestros planes”, decía Karolina Kapounova, una checa de 23 años, sudando detrás de la mascarilla sanitaria, cuyo uso en espacios públicos es obligatorio en la mayoría de regiones de España.
“Con el calor, es un poco molesto”, añadía.
Huida de Barcelona
Aunque el gobierno regional pidió a los más de tres millones de habitantes de Barcelona y su área metropolitana no hacerlo, los servicios de tráfico registraron la salida de unos 350.000 vehículos hacia las zonas costeras cercanas.
“Es un error”, advirtió en la radio local Rac1 el director del comité regional de seguimiento del coronavirus, el doctor Jacobo Mendióroz. “El siguiente paso es el confinamiento domiciliario”, añadió.
Quince días de restricciones
Al menos cuatro millones de vecinos de Barcelona y de los municipios de su área metropolitana iniciaron este sábado quince días de medidas restricitivas para contener los contagios de coronavirus, que se han acelerado en la última semana.
Ante esa situación, el Gobierno regional de Cataluña pidió el viernes a los ciudadanos no salir de casa a no ser que sea “estrictamente” necesario, un nuevo confinamiento temporal que tiene carácter voluntario, pero que el Ejecutivo autonómico confía en que se cumpla.
Además, durante los próximos quince días quedan prohibidas las reuniones de más de 10 personas, y se vuelve a limitar al 50 % el aforo en bares y restaurantes y cerrar cines, teatros, locales de ocio nocturno y gimnasios.
También quedan restringidas las visitas a las residencias de mayores por ese tiempo.
En una entrevista radiofónica, el ministro español de Sanidad, Salvador Illa, aseguró que se trata de una transmisión comunitaria, si bien la situación en no se puede calificar de nueva ola de Covid-19.
“En Barcelona hay transmisión comunitaria, es así, tenemos que decirlo”, señaló Illa, quien explicó que eso implica mayor dificultad para trazar contactos y relacionarlos con focos pequeños concretos y obliga a tomar medidas de distanciamiento social.
Barcelona y su área metropolitana es la zona más poblada de Cataluña y concentra casi el 70% de los nuevos casos diagnosticados en esa región.
Según los últimos datos difundidos por el Departamento de Salud catalán, el número total de casos positivos acumulados desde el inicio de la pandemia en Cataluña asciende a 80.706, lo que supone 1.111 nuevos con respecto a la cifra del jueves, superando por primera vez la barrera de los 80.000 infectados.
De esos 1.111 nuevos positivos, 772 corresponden a Barcelona y su área metropolitana.
Las restricciones, que se extienden también a la ciudad de Lleida y su comarca y a otras zonas de la región, son las mismas que ya se habían impuesto en L”Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de Cataluña y colindante con Barcelona.
El Ministerio español de Sanidad notificó este viernes 628 nuevos contagios de coronavirus detectados en las últimas 24 horas, en todo el país la cifra más alta desde el fin del estado de alarma y similar a las registradas a comienzos de mayo.
En total son 5.965 los casos diagnosticados en los últimos siete días.
Casi 30.000 personas han fallecido en España desde el inicio de la pandemia y el número de contagios supera los 257.000.