El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, inició una visita oficial a México en un contexto marcado por nuevas tensiones regionales. El viaje coincidió con el anuncio de Washington sobre un operativo militar en el Caribe, en el que fuerzas estadounidenses abatieron a once presuntos narcotraficantes que transportaban droga desde Venezuela.
El ataque, realizado tras el despliegue de buques en la zona, fue confirmado por el propio Rubio, quien desde Miami aseguró que Estados Unidos “va a utilizar todo su poderío para enfrentar y erradicar estos cárteles de la droga, sin importar desde dónde operen”.
Las declaraciones se produjeron a horas de la firma de un protocolo de seguridad con el gobierno mexicano, que ha reiterado su rechazo a la oferta del presidente Donald Trump de enviar tropas para combatir a los cárteles, designados desde febrero como organizaciones terroristas por Washington.
Tras su paso por México, Rubio llegará este miércoles 3 de septiembre a Quito, donde el Gobierno de Daniel Noboa ha convocado a tres alcaldes para una reunión preparatoria en la Cancillería, según confirmó Carolina Jaramillo, vocera presidencial. El encuentro busca perfilar la agenda del funcionario estadounidense en territorio ecuatoriano.
El Departamento de Estado dijo que el secretario exigirá en ambos países “acción rápida y decisiva para desmantelar a los cárteles, detener el tráfico de fentanilo, acabar con la inmigración ilegal” y contrarrestar la influencia “maligna” de China.
“He ofrecido enviar al ejército, y ella (Sheinbaum) no quiere que hagamos eso (...), está muy asustada”, declaró Trump la semana pasada al medio Daily Caller.
México ha cooperado con el reforzamiento de la frontera contra los flujos de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos desde Centroamérica y otras regiones del mundo. Ha entregado además a medio centenar de criminales buscados por Washington.
También ha tomado medidas para reducir las importaciones desde China, cuyos fabricantes ven a México como un puente hacia el mercado estadounidense.
“Sheinbaum desde el principio decidió que buscaría una relación cooperativa y colaborativa con la administración de Trump”, dijo Jason Marczak, vicepresidente y director del Centro para América Latina del think-tank Atlantic Council.