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Hace siete años que en Hamás e Israel no había un enfrentamiento bélico tan intenso como el de este mes. En 11 días, la confrontación dejó 12 muertos y 357 heridos en Israel, así como 248 fallecidos en Palestina y 1.948 heridos, de acuerdo con autoridades sanitarias de Gaza. Un respiro le ha seguido al caos, tras un cese al fuego bilateral en el que Egipto actuó como mediador.
Los más de dos millones de habitantes de la franja y los israelíes del área cercana al enclave intentan retornar progresivamente a la normalidad. Desde el viernes, en Gaza comenzó a entrar material humanitario por el cruce comercial de Kerem Shalom, que había permanecido cerrado desde el inicio de la ola de violencia el 10 de mayo.
Tras días de intensos bombardeos, "Gaza está comenzando a volver a cierta apariencia de normalidad, se están limpiando las carreteras de escombros" y se trabaja para reparar las instalaciones de agua o líneas de electricidad dañadas, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Hubo grandes afectaciones a los sistemas de agua, saneamiento e higiene. Ha habido múltiples daños sobre "cañerías de aguas residuales, tuberías o pozos". Tres plantas desalinizadoras dejaron de funcionar por la falta de suministro eléctrico, lo que dejaría sin agua potable "a más de 400.000 personas", aproximadamente.
"Las hostilidades dañaron la infraestructura esencial" de Gaza, "y el alto el fuego permitió que los equipos de reparación" comiencen "a evaluar los daños con mayor precisión", agregó el organismo.
Dos delegaciones egipcias han hecho presencia desde el viernes en Israel y en la Franja de Gaza. Su principal objetivo es supervisar la tregua.
Una fuente diplomática palestina en Egipto explicó que la delegación egipcia en Gaza llegó el sábado a Ramala, sede de la Autoridad Nacional Palestina con una misión que se enfoca sobre tres objetivos: confirmar la adhesión de las partes al alto el fuego, los pasos a seguir para afianzarlo y los trabajos de reconstrucción.
La delegación egipcia que viajó a Israel para abordar la cuestión con las autoridades israelíes y hacer, a su vez, un seguimiento de la tregua, que se logró con el respaldo de Jordania, EE.UU. y la ONU. Egipto sigue siendo, por ahora, el principal mediador y el único actor que tiene canales de comunicación abiertos con ambos bandos.
El presidente palestino, Mahmud Abás, por su parte, no tiene control directo sobre Gaza, que es gobernada de facto por Hamás. Su papel fue residual en esta escalada, donde no tuvo capacidad para calmar tensiones con el grupo islamista ni influir en la tregua, muchos países de la comunidad internacional solo tienen a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que él preside en partes reducidas de Cisjordania ocupada como interlocutor válido.
La Unión Europea y Estados Unidos no reconocen a Hamás, a quien consideran grupo terrorista. Se prevé que gestionen parte de las iniciativas para reconstruir Gaza por medio de la ANP, pese a su poder inexistente en la franja, donde viven más de dos millones de palestinos en una situación de crisis humanitaria casi permanente.
Egipto, por su parte, sigue trabajando por afianzar el alto el fuego que cumple, este domingo, su tercer día. Por otro lado, pidió "intensificar los esfuerzos internacionales para relanzar las negociaciones (palestino-israelíes) lo antes posible".
Advirtió que si no se retoman esas conversaciones en torno a un proceso de paz entre Israel y Palestina, uno que ha estado atascado desde hace años, es posible que vuelva a estallar la violencia como ha sucedió en mayo.
"La ausencia de un horizonte verdadero en el proceso de paz puede llevar a la reanudación del conflicto entre palestinos e israelíes", señaló el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri, en un comunicado tras un encuentro en El Cairo con su homólogo, Nikos Jristodulidis.
Shukri ha reiterado la preocupación sobre la reanudación de las hostilidades en otras oportunidades: durante una conversación telefónica con Ine Eriksen Søreide, ministra de Exteriores de Noruega, abordó el tema. Además, conversaron sobre el proceso de reconstrucción de la Franja de Gaza, que sufrió enormes daños estructurales. Se dialogó también la asistencia para el resto de territorios palestinos.
Egipto, además de una su labor como mediador, ha prometido 500 millones de dólares (unos más de 1.800 millones de pesos) para aportar a la reconstrucción de Gaza. Ese gobierno anunció, también, el envío de 2.500 toneladas de comida, medicinas, ropa, pañales y otros materiales.
El secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, habló también anoche con Abás y en los próximos días viajará a la región. Se espera que llegue a mediados de la próxima semana, aunque las fechas no se han precisado.
El Gobierno estadounidense quiere trabajar con la ANP y la ONU "para brindar una asistencia humanitaria rápida y reunir el apoyo internacional para Gaza" y su reconstrucción, subrayó Blinken