Tras ser detenidos el miércoles en Haití —mientras coordinaban el envío de 800 kilos de cocaína—, y llevados de inmediato a suelo estadounidense, los dos familiares cercanos al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fueron acusados ayer de delitos de narcotráfico, por la Fiscalía del distrito sur de Nueva York.
Se trata de Efraín Antonio Campo Flores, ahijado del mandatario y Francisco Flores de Freitas, sobrino político, ambos familiares directos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores.
Mientras el escándalo toma proporciones mundiales, el gobierno venezolano sigue sin referirse directamente al tema —ni siquiera la justicia de dicho país—, mientras que denuncia “ataques del imperialismo”, tales como una presunta violación de su soberanía por parte de una aeronave estadounidense. La oposición, mientras tanto, le pidió explicaciones.
Así también se movió el caso en los medios locales, con la prensa tradicional informando en primera página el caso, y la oficialista callando sobre el tema, a excepción del portal digital Aporrea.
“Reportes de la prensa norteamericana, específicamente de The Wall Street Journal, The New York Times y la agencia Associated Press , señalan que uno de los detenidos se ha auto-declarado como ahijado del presidente Maduro y sobrino de la esposa de éste”, informó el medio chavista.
Indignación en la sombra
También, sobre la detención, fuentes afirmaron a The Wall Street Journal que ambos llevaban pasaporte diplomático, lo que agravaría el peso del escándalo sobre la imagen —al menos la internacional—, del régimen venezolano.
¿Pero es la situación de bochorno igual en Venezuela? Consultado por EL COLOMBIANO, Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia, afirmó que la noticia no se siente en el país y explicó los motivos.
“Es claro que hay restricciones a los medios que quieren informar sobre este tema, y los que quieren saber qué ocurrió deben entrar a internet o a redes sociales, algo que por lo general es más de clases medias y altas, no de los sectores populares”, explicó.
“En cualquier caso, hay también asuntos muy graves, que afectan el bolsillo de los venezolanos y su nivel de vida, como lo es la inseguridad, la escasez y la inflación, temas que copan su atención”, agregó.
Miguel Ángel Román, periodista y conductor del programa Café y Noticias, discrepó con Castillo de la afirmación de que no se ve abordado en el país el tema de los sobrinos detenidos por narcotráfico.
“Lo que hay, ante las restricciones y el temor de los medios a hablar sobre el tema, es una indignación silenciosa, que aunque no se expresa en público, sí se hace sentir. En todas las calles se está hablando de este escándalo y esto aumenta la mala imagen del gobierno de Nicolás Maduro”, afirmó.
“Máxime si el asunto de los vínculos de funcionarios chavistas con el narcotráfico se viene tratando desde hace ocho años, por lo menos. Y hay tantos investigados por presuntamente pertenecer al denominado Cartel de los Soles, en referencia a las condecoraciones oficiales”, agregó.
Para Román, “no hay duda de que este escándalo tendrá consecuencias para el chavismo frente a las elecciones de diciembre”.