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Delsa Solórzano arribó el miércoles al Palacio Federal Legislativo, donde ha sido diputada desde 2016, pero no pudo entrar. Viajaba junto a una comisión parlamentaria en el vehículo del opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por cerca de 60 países, hasta que un cordón de la Guardia Nacional los detuvo.
De las esquinas, casas de la zona y calles, relata, salieron integrantes de colectivos paramilitares que atacaron con piedras la camioneta gris en la que estaban. Retrocedieron buscando una salida y escuchó cinco disparos. De esos, tres impactaron el carro. Ayer jueves la narración fue similar: los diputados opositores no tenían control de la sede del Parlamento, rodeada de uniformados del régimen de Nicolás Maduro.
Desde comienzos de enero la incertidumbre política de Venezuela empeoró: Guaidó se juramentó como presidente del Parlamento para un nuevo periodo desde la sede del periódico El Nacional, mientras en el edificio del Parlamento diputados chavistas y disidentes opositores proclamaban a Luis Parra como cabeza del legislativo.
Así, el país, en teoría, terminó con tres asambleas nacionales: la que preside Guaidó, la oficialista de Parra y la Constituyente de Diosdado Cabello, que se sumaron al novelesco relato político de dos “presidentes” que protagoniza Venezuela desde hace casi un año. Ese cúmulo de versiones llevó a que el Parlamento Europeo declarara ayer que la Asamblea que Guaidó preside fue víctima de un “golpe”.
Una resolución apoyada por 471 de los 751 eurodiputados indicó que hubo “un golpe de Estado parlamentario orquestado por el régimen ilegal de Nicolás Maduro”. Esa situación, considera la diputada venezolana Solórzano, “demuestra que atravesamos el momento más duro, cruel y sangriento de la dictadura”.
No obstante los políticos que tienen el control de la sede del legislativo son los del bando chavista, mientras el grupo de Guaidó le apostará a sesionar en diferentes lugares ante la falta de una sede para el centenar de parlamentarios que lo integran. Por eso, indica el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, Juan Nicolás Garzón, “desde lo político este es el momento más sólido para Maduro de los últimos meses. Pero lo relativo a Venezuela tiene un área gris entre la política y el deseo, que depende del punto de vista desde el que se lea”.
Este jueves, mientras los diputados de la Asamblea Nacional que preside Guaidó regresaban a sus Estados, Luis Parra realizaba nombramientos entre el equipo chavista que dirige y la Asamblea Nacional Constituyente convocaba a sesiones diarias.
Y el quién tiene el poder efectivo aún es un asunto difuso. El diputado opositor, Renzo Prieto, también saca su conclusión: “No hubo un golpe porque el poder sigue siendo del presidente Guaidó”. El político que este 23 de enero ajusta un año como presidente en funciones sin un gobierno claro.