En una vereda de Turbo, que conecta a este municipio con San Pedro de Urabá, vive César Echeverri Mejía, un hombre que junto a su familia ha salido adelante pese a las presiones de un conflicto que por años ha intentado acabar con el campo colombiano.
Como una apuesta a la legalidad, a la paz y al cuidado de los ecosistemas, nació Bosque Katío, una iniciativa para reemplazar cultivos ilícitos que son producidos para financiar grupos al margen de la ley.
Le puede interesar: Los seis desafíos del futuro que demandan soluciones en Urabá
Esta propuesta nació en el año 2002 a través del programa familias guardabosques que les daba un plazo inicial de 60 días a familias campesinas para que dejarán atrás los cultivos de coca y comenzarán a ser capacitados en proyectos productivos y más amigables con el medio ambiente.
Fue así como César conoció la apicultura, pues para el año 2005 comenzó a capacitarse junto a expertos en el tema para hacer algo totalmente nuevo para él: trabajar con abejas a las cuales sólo les tenía miedo.