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El Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva) informó que ya tiene los diseños para atender los puntos críticos del río Medellín, ubicados en la zona norte del afluente. Se trata de los sectores, talleres del Metro y la desembocadura de la quebrada La García, en el municipio de Bello.
Para estos estudios, el Área contrató a la Universidad Nacional de Colombia, cuya coordinadora del convenio, Lilian Posada García, profesora del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas, manifestó que “las afectaciones a las bancas y a las zonas ribereñas por la acción del río se pueden agrupar en varios tipos: erosión lineal que comprende erosión en el lecho del río y desestabilización de las bancas, tanto en la zona canalizada como en la zona natural; inundaciones o desbordamientos; sedimentación y socavación. Todo esto sumado a las afectaciones de origen antrópico por la falta de cultura ciudadana, como la disposición inadecuada de residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales”.
Según explicó la experta, en el sector de los talleres del Metro los problemas están asociados a la formación de una barra de sedimentos en la margen derecha que reduce la capacidad útil del canal en un 80%, generando socavación y caída de placas en la margen izquierda. Para mitigar esta problemática, la propuesta que le hizo la Nacional al Amva es la construcción de una serie de elementos que redireccionan el flujo para eliminar la barra de sedimentos del canal, mitigando así las problemáticas actuales, una obra que tendrá una inversión de $8.000 millones.
Asimismo, en la desembocadura de la quebrada La García se identificaron problemas asociados al gran aporte de sedimentos del río y la quebrada, los cuales generan una reducción abrupta en el ancho del canal (48%), restringiendo su capacidad y ocasionando erosión y socavación en la margen izquierda que sirve de apoyo a la vía Regional. Solucionar este problema costará aproximado $2.000 millones y consistirá en la construcción de unos direccionadores de flujo, placas y obras de estabilización del lecho.
Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, aseguró que en los últimos 10 años se han invertido cerca de $8.000 millones y en la última fase alrededor de $3.200 millones para el monitoreo de sitios críticos y el diseño de infraestructura que permita hacerle mantenimiento al río para mejorar su capacidad hidráulica. “El crecimiento urbanístico y de habitantes y el cambio climático hacen que cada día nuestro territorio esté más impermeabilizado y que esto genere dinámicas y consecuencias en esta corriente natural. Estamos comprometidos en trabajar de manera articulada y responsable para preservar las condiciones de vida de los ciudadanos, garantizar la competitividad del territorio y seguir avanzando en materia de sostenibilidad ambiental”, manifestó Palacio.
La investigación de la Nacional demostró que en la zona norte del río, comprendida entre el Parque Norte y la quebrada La García, el mayor número de puntos críticos están asociados a la formación recurrente de barras de sedimentos, que en algunos sectores ocupan más de la mitad del canal, desencadenando así procesos de erosión y socavación marcados sobre la margen opuesta a la barra, aquí se resalta las estaciones del Metro Tricentenario, Acevedo y Madera.
Diana María Montoya Velilla, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá enfatizó que, mediante el acuerdo 03 de 2014 la entidad se ha comprometido con la realización de estudios hidrológicos, hidráulicos y de patología pero también de estudios y diseños estructurales, orientados a atender los puntos críticos que se han ido presentando a lo largo del río Aburrá, “es a través de estos ejercicios que apoyamos de manera colaborativa y efectiva a todos los entes territoriales, puesto que los diseños e informes suministrados por la Unal, se compartirán con los municipios del área metropolitana, encargados de la gestión del riesgo de sus territorios y del río Medellín, para que materialicen las obras correspondientes, con el propósito de disminuir el riesgo por fenómenos hidrológicos, prevenir futuras situaciones de emergencia y darle la estabilidad, no solo a la infraestructura vial y a la vía férrea, sino a las márgenes del río”.
Según el estudio, el 20% de las placas de la margen derecha de la zona norte canalizada presentan abrasión y fisuras que propician el crecimiento de vegetación invasora que termina por destruir estas estructuras; específicamente en el sector de la estación Caribe del Metro, se encuentran placas desprendidas, 3 de los 9 azudes se encuentran en mal estado por procesos de erosión y socavación.
Finalmente, el Amva aseguró que avanza en el diseño de los otros tres puntos críticos, los cuales también requieren atención prioritaria, ubicados en el sector de La Macarena, puente de La 33 y puente de San Juan (descarga quebrada La Picacha), debido al incremento de los caudales por efecto del cambio climático.