En la Facultad de Minas, la principal unidad académica de la Universidad Nacional en Medellín, acaban de nombrar a una nueva decana, pero entre el cuerpo de profesores, que serán los dependientes directos de ella, hay un sector importante que no está contento.
La profesora Eva Cristina Manotas recibió el visto bueno del Consejo Superior Universitario (CSU) el martes de la semana pasada, 10 de septiembre, en medio de una sesión que fue cuestionada porque de 21 decanos, 16 fueron designados respetando el voto ponderado dentro de una consulta interestamentaria, pero en otros cinco casos no se siguió esa conducta, y uno fue el de la sede de la capital antioqueña.
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La docente Manotas había quedado segunda en la sede de Minas de Robledo, con el equivalente al 22,2% de los votos de estudiantes, profesores y egresados. El primer lugar había sido para John William Branch con el 63,5% y el tercero para José Ignacio Maya con el 8,4% mientras que el 5,7% de las personas votaron en blanco.
Vale la pena recordar que la Nacional tuvo un largo periodo de anormalidad desde mediados de marzo hasta mitad de agosto, con una toma de sus instalaciones centrales y desmanes que paralizaron no solo la institución sino la principal avenida de Bogotá. Todo debido a que el CSU no acató los resultados de la consulta para rector y nombró en ese cargo a Ismael Peña. El centro de estudios solo retornó a la normalidad luego de que el órgano directivo reversó la decisión y posesionó a Leopoldo Múnera, quien había ganado en las urnas.
“En la comunidad académica estábamos convencidos de que a raíz de lo ocurrido con Leopoldo el Consejo Superior iba a respetar los resultados de las consultas, porque es muy feo que paren la universidad tantos meses porque no se respetó la consulta para rector, y ahora que tienen el poder obren de la misma manera”, le dijo un docente de ingeniería a EL COLOMBIANO.
También consultado por este diario, Branch aseguró que la razón de que la voluntad de las urnas no hubiera sido aceptada tiene que ver con que ni el presidente Gustavo Petro ni el rector Múnera quieren que a los órganos directivos lleguen académicos que tienen un pensamiento institucional “que busca hacer un ejercicio de cambio basado en la evidencia y no en la ideología”.
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“Los que siguen nuestro proyecto dicen que hay total incoherencia y habrá que esperar de esta administración cualquier decisión similar sin consulta alguna a la comunidad, sin importar qué pensamos la mayoría”, añadió Branch, quien no cuestiona la legalidad del nombramiento porque la consulta no es vinculante, pero sí la legitimidad de la misma. En igual sentido opinó Néstor Rojas, uno de los representantes de los profesores ante el Consejo de Facultad.
Branch ya había suscrito una carta -unido a Mario Augusto García, de Ciencias Agropecuarias, y Jairo Andrés Paredes, de Ingeniería y Arquitectura, otros dos ganadores en las urnas pero descabezados por el Superior- en la que invitan “a la comunidad en general a manifestarse frente a esta situación y a que se reflexione sobre la necesidad de aplicar desde ya la idea rectora de democratización de la universidad como un ejemplo a la discusión propuesta para claustros y colegiaturas”.
Curiosamente, Múnera había destacado la “participación histórica de los profesores y en general de la comunidad académica en la consulta para el nombramiento de los decanos y las decanas”, pero luego de las críticas emitió un comunicado el viernes pasado, en el que asevera que las determinaciones del CSU fueron autónomas y que él no influyó en ellas.
Rojas por su parte opinó que aunque Múnera no tiene voz ni voto en el CSU, sí posee influencia en él y en particular en los cinco integrantes que representan al Gobierno, que en este caso fueron determinantes. Igualmente añadió que en el caso de Minas, lo que pasó puede afectar la gobernabilidad en los dos años que dura el periodo de la profesora Manotas (octubre 1 de 2024 a octubre 1 de 2026), porque justamente el sector donde resultó absoluto vencedor su contendor Branch fue el de los profesores, el que dependerá directamente de ella.
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En estos casos el voto dentro de la U. Nacional es ponderado, es decir que si en Minas hay 197 docentes, 6.698 estudiantes y 18.554 egresados, cada persona tiene un voto porcentual diferente para que haya un balance entre los estamentos y eso quiere decir que el peso de un docente resulta mayor al de un estudiante y el de este más que el de un exalumno.
Branch obtuvo el apoyo de 119 colegas, 631 estudiantes y 311 egresados, contra 30, 1.015 y 98 de Manotas. Al ser consultada esta sin embargo, defendió la legitimidad de su nominación.