El inicio de la temporada decembrina cobró la vida de varias especies silvestres en Antioquia, uno de los hechos más recientes se dio en el Parque de la Conservación, conocido anteriormente como Zoológico Santa Fe, donde viven cerca de 500 animales.
Aunque cada año, las autoridades ambientales advierten sobre los impactos negativos de la pirotecnia para el medio ambiente y la fauna, siguen reportándose animales muertos en el Valle de Aburrá. Desde pichones que caen de sus nidos y son abandonados por sus padres, hasta zarigüeyas que son encontradas tendidas en la carretera.
Las últimas víctimas de la pólvora fueron tres animales que murieron en menos de 48 horas, tras sufrir episodios severos de estrés y desorientación generados por las detonaciones.
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Una de las primeras muertes ocurrió en la víspera de la alborada, cuando una lora, en medio de un episodio de pánico agudo, comenzó a volar de manera deliberada, estrellándose contra un poste, lo que le generó un trauma craneoencefálico severo que le provocó la muerte de manera inmediata.
En otro caso, un chigüiro hembra en estado de gestación, entró en un trabajo de parto difícil de manera anticipada, una situación producto del estrés extremo de las detonaciones.
“El feto se encontraba en una posición anómala, con las patas posteriores orientadas hacia afuera, lo que le impidió su salida, por lo que se tuvo que hacer una intervención con el equipo veterinario para ayudarla en su trabajo de parto. Se requirió anestesiar, sin embargo, las capibaras son animales bastante sensibles al estrés y los manejos anestésicos. Y posterior a la anestesia, que duró toda la noche, no fue posible salvar ni al bebé ni a la madre”, le expresó a EL COLOMBIANO, Carlos Andrés Madrid, líder de conservación y bienestar animal del parque.
Los cuidadores y profesionales del parque reportaron que, en los últimos días, especies como los flamencos, los felinos y la danta también mostraron signos de alerta extrema, confusión y conductas inusuales a raíz de la pólvora.
Uno de los episodios más fuertes se vivió en la noche de la alborada, mientras en Medellín se oían detonaciones continuas, el equipo médico permaneció alerta dentro del parque. Los animales, que deberían haber estado dormidos, presentaban signos intensos de ansiedad: caminatas repetitivas, vocalizaciones, desorientación e imposibilidad de descansar.
Aunque solo tres animales murieron, varias presentaron reacciones severas al ruido de la pirotecnia. Los osos mostraron comportamientos repetitivos en sus zonas de manejo; la danta recorrió sin descanso su recinto; los felinos (entre ellos puma, jaguar y tigrillos) intentaron escapar sin éxito del parque, situación que les ocasionó movimientos repetitivos; y los flamencos, que deberían estar dormidos, se mantuvieron en máxima alerta, desplazándose nerviosos por todo el estanque.
Las aves rapaces nocturnas, como los búhos, también redujeron excesivamente su consumo de alimento, pues el miedo interrumpe sus rutinas de alimentación. Lo mismo ocurrió con otros animales nocturnos en el recinto.
“Se enfocan en tratar de vivir, en estar muy alertas y dejar de comer”, añadió el líder de conservación del parque.
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Para mitigar esto, el Parque de la Conservación ha implementado estrategias como aromaterapia con esencias relajantes en los recintos, complementos nutracéuticos con ingredientes naturales como las hierbas aromáticas que tienen ansiolíticos, refuerzo del enriquecimiento ambiental, incluyendo comida en nuevos formatos, juegos y estímulos para distraerlos en momentos críticos y cambios en la oferta y ubicación de alimentos para incentivar el consumo cuando el estrés les quita el apetito.
Sin embargo, hay animales como los felinos y los osos, que requieren psicofármacos para superar los picos de ansiedad que se intensifican durante las festividades, por eso, el parque reiteró el llamado a la ciudadanía a no usar pólvora ya evitar que más animales fallezcan esta Navidad.
“El llamado es a la empatía, a entender que lo que nosotros vemos como algo de celebración para los animales en sus sentidos es una gran amenaza. Tenemos que ponernos en la piel, en las garras de los otros para que entendamos como perciben el mundo y evitemos momentos tan desagradables como la muerte para algunos de ellos. En el caso de los animales silvestres, esto puede significar la vida.”, concluyó el líder.
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