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Nueve animales para proteger en Colombia

Dentro de la gestión de la Territorial Andes Occidentales de Parques Nacionales figura la conservación de las especies paisaje.

  • El mono rojo aullador, especie amenazada en algunas regiones por fragmentación del hábitat.
    El mono rojo aullador, especie amenazada en algunas regiones por fragmentación del hábitat.
  • Danta, especie objeto de conservación en la Territorial.
    Danta, especie objeto de conservación en la Territorial.
  • Oso andino, especie objeto de conservación en la Territorial.
    Oso andino, especie objeto de conservación en la Territorial.
  • Paisaje del Parque Nacional Natural Los Nevados. FOTO PNN/Juan Hincapié/José I. Cano
    Paisaje del Parque Nacional Natural Los Nevados. FOTO PNN/Juan Hincapié/José I. Cano
21 de marzo de 2017
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Una extensa región con 12 parques nacionales es habitada por alta biodiversidad, pero nueve especies animales, importantes por diferentes aspectos, son objeto de conservación.

La Territorial Andes Occidentales de Parques Nacional tiene dentro de sus valores de conservación al puma, el oso de anteojos, el pato colorado, la nutria, el manatí, la danta de páramo, la guagua loba, el jaguar y el mono churuco.

Son especies escogidas tras un proceso minucioso con participación de los diferentes componentes de la Territorial, pero no significa que no se protejan las demás.

Néstor Javier Roncancio Duque, asesor en biología de la conservación de la Territorial, explicó que esta comprende una extensa zona del país, desde Antioquia hasta Nariño.

Son 12 áreas nacionales protegidas, entre parques nacionales y santuarios de flora y fauna que abarcan 15,9 millones de hectáreas distribuidas en 188 ecosistemas: Orquídeas, Selva de Florencia, Tatamá, Nevados, Otún-Quimbaya, Las Hermosas, Huila, Puracé, Guácharos, Isla Corota, Galeras y Doña Juana

Un paisaje que conserva 6,6 millones de hectáreas (42%) en bosques y áreas seminaturales; con territorios agrícolas en 8,8 millones de hectáreas. Y cerca de 200 000 en áreas húmedas, sistemas de aguas naturales y artificiales.

Un suelo ocupado sobre todo por ganadería extensiva y cultivos de café, caña de azúcar y arroz, en el que además se hallan cerca de 600 centros urbanos que demandan los servicios ecosistémicos de las áreas de conservación.

Esas, dice Roncancio Duque, son las áreas de PNN, pero aparte hay otras figuras de conservación regionales que gozan de algún grado de protección.

Bajo el objetivo de conservación para el desarrollo, una visión que apunta a la calidad de vida con la premisa de que cualquier extinción deteriora el espacio que la sufre, la Territorial está dividida en procesos de gestión y con las territoriales Caribe y Pacífico tiene puntos en común y trabajo mancomunado.

La conservación

En la selección de los denominados Valores Objeto de Conservación se empleó el método de especies de paisaje, con el cual se escoge un conjunto limitado de especies animales que “puedan representar todos los objetivos de conservación definidos para el paisaje y que sirvan para monitorear la efectividad de las estrategias implementadas”.

De los 188 ecosistemas se definieron 19 que representaban un mismo tipo de cobertura y piso bioclimático.

Con diferentes criterios de selección, desde el paisaje hasta la cobertura natural, los parches de vegetación y su tamaño, las especies que pudiera decirse más representativas para ser objeto de conservación fueron:

Puma: es la que más representa ecosistemas dentro del subsistema. Es vulnerable a 11 de 15 actividades humanas consideradas.

Pato colorado: representa los cuerpos de agua andinos y de páramo, siendo afectada por la degradación del recurso por especies introducidas y la minería. No se encuentra en las áreas de Antioquia.

Manatí: representa los ecosistemas acuáticos y basales y tiene presencia en Antioquia.

Danta de páramo: representa casi todos los ecosistemas del bosque altoandino hacia arriba.

Jaguar: está asociado a 8 de los 10 ecosistemas por debajo de los sistemas subandinos. Depende principalmente, dice el documento base, de la gestión del Sistema de Áreas Protegidas de Antioquia. La cacería por conflicto es la actividad que más lo afecta, así como la degradación del bosque basal y la cacería de las especies que componen su dieta.

Mono churuco: depende de los bosques en zonas basales y subandinas, además de dos subsistemas sin continuidad, en Antioquia y Macizo. La tala para pastos y cultivos y la quema son las actividades que más lo afectan.

Nutria: depende de la asociación de bosques subandinos y basales con los cuerpos de agua. Además de la degradación de su hábitat, es la especie del paisaje más vulnerable a la cacería por comercio.

Guagua loba: depende exclusivamente de los bosques altoandinos, desde Antioquia hasta el Macizo. Es afectada por la cacería para consumo, así como por la reducción y fragmentación del hábitat.

No es una lista rígida. Podrían existir otras con distribución geográfica restringida, con requerimientos ecológicos específicos o sobre las que existan amenazas particulares, que podrían ser también objeto prioritario de conservación.

El buen estado de las seleccionadas incidirá en muchas otras especies dada la interrelación natural.

Aunque muchos de los parques de la Territorial se encuentran en general en buen estado, afirma Roncancio Duque, sobre los Andes es donde se siente la mayor presión antrópica.

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