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En Semana Santa dígale “No” a la carne de chigüiro, de iguana o de tortuga

Cada año estos animales, entre otros, sufren las consecuencias de una cultura de ayuno que indica que por estas fechas no se puede comer carne roja, sin embargo usted puede cambiar de hábitos para preservar la biodiversidad.

  • Chigüiros recién nacidos en Antioquia. Foto Juan Antonio Sánchez Ocampo
    Chigüiros recién nacidos en Antioquia. Foto Juan Antonio Sánchez Ocampo
02 de abril de 2023
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Semana Santa tiene una connotación muy grave para los animales en Colombia, sobre todo si son animales silvestres. Según los creyentes católicos (el 57% de los habitantes lo son, tal y como puede leerse en una encuesta sobre diversidad religiosa hecha por el gobierno en el 2019), esta es una época para no comer carnes rojas debido a un ayuno con el que la iglesia, desde antaño, invita al recogimiento espiritual.

Un fenómeno que ocasiona alteraciones ecológica en las poblaciones afectadas y “una falta de consciencia ambiental que no está dispuesta a conservar y a reconocer a la biodiversidad como uno de los patrimonios más valiosos de los que se tienen registro en el país” explica David Echeverri López, jefe de la Oficina de Gestión de la Biodiversidad, Servicios Ecosistémicos y Áreas Protegidas de Cornare.

Sin embargo, Francisco ha venido trabajando en el resignificado de la vigilia desde que inició su pontificado con diálogos que sugieren que el “verdadero ayuno es deshacer los lazos de maldad, darle libertad a los quebrantados e invitar a los hambrientos a un pedazo de pan”, acciones todas que permitirían una sociedad más justa y que le pondrían un alto al consumo de chigüiros, manatís, tortugas hicotea, tortugas de río, tortugas morrocoy, babillas, iguanas o guaguas que, como lo comenta Juan Camilo Restrepo, funcionario de Corantioquia, tiende al alza por estos días.

Y es que el problema está en que cuando sacan a estos animales de sus entornos naturales se genera una presión en los ecosistemas ya que pierden la posibilidad de reproducirse, de generar una variabilidad genética, y por ende, de afectar a las diversas especies presentes en el territorio, haciendo que alcancen algún grado de amenaza. Proceso que no sucede, por ejemplo, con la zoocría.

Uno de los casos más sonados, comenta Echeverry, es el de la tortuga de río, una especie endémica asentada en las cuencas de los ríos San Jorge y Magdalena, a la que se persigue muchísimo por el comercio de sus huevos y de su carne. El problema con ella es que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), en el Amazonas, ha esclarecido que es un animal en peligro crítico de extinción, y al ser tan apetecida para el consumo humano, su cacería aumenta y precipita su desaparición.

Por otro lado, a este hábito del consumo indiscriminado de “carnes blancas” se le suman otras dos aristas que indiscutiblemente ponen en peligro a los animales silvestres en estas fechas: la comercialización a través del tráfico ilegal y el atropellamiento ocasionado por el aumento del flujo vehicular en las zonas en que ellos habitan.

Durante estas vacaciones, las autoridades ambientales y la Policía Nacional estiman que disminuya el número de especies afectadas gracias a los operativos y a las jornadas de sensibilización que han adelantado, pues “entre 2022 y lo corrido de este año, han ingresado al centro de atención alrededor de 3.429 individuos, proveniente de procesos de incautación y/o entregas voluntarias, tras ser víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre en el Valle de Aburrá”, señalan las cifras del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Cabe recordar que, así como lo explica Corantioquia en un comunicado de prensa, la cacería, captura, comercialización y tenencia de especies silvestres nativas es un delito ambiental penalizado por la ley colombiana, que puede acarrear una multa de hasta los 5.000 salarios mínimos mensuales y condenas de dos a ocho años de cárcel.

¿Qué acciones sencillas puede poner en práctica puede poner usted para ayudar a los animales silvestres durante esta época?

Hablan los expertos. Para Echeverry es fundamental “tomar consciencia y reflexionar sobre nuestro comportamiento como seres humanos y sobre el respeto que le deberíamos tener a la naturaleza, a la biodiversidad y a la casa común que es el planta, frente a una práctica de consumo basada en una creencia religiosa, pues cualquiera puede y debe creer en lo que quiera pero sin que esa creencia afecte de manera sistemática la colectividad”.

Mientras que Restrepo hace énfasis en tres puntos que considera importantes. El primero tiene que ver con decirle ¡NO! Al tráfico ilegal, ¿cómo? Denunciando a personas que estén vendiendo fauna silvestre o comercializando su carne. “La gente muchas veces compra con la intención de salvarle la vida a un animalito que le están ofreciendo, pero detrás de ese animalito hay otro montón más para la venta a merced de ese traficante, por eso lo mejor es denunciar el caso ante las autoridades ambientales a través del 123”.

El segundo tiene que ver con el cuidado de los ecosistemas que se visitan en Semana Santa, ¿cómo? No contaminándolo con residuos sin clasificar, no haciendo quemas a sus alrededores o no alterándolo cortando sus árboles.

Y la tercera que va muy de la mano con la mencionada con Echeverry, tiene que ver con “pasar el mensaje”, o sea, es importante que entre todos se eduque y se haga divulgación científica sobre el tema, pues de esa manera la gente podrá comprender que las especies son importantes para los ecosistemas, que los ecosistemas dependen de esas especies y que los humanos dependemos de los ecosistemas, “si nosotros reforzamos eso, que a veces es un concepto muy efímero... pero si lo reforzamos, la gente va a tener metido en la cabeza que si quiere tomar agua, por ejemplo, tiene que conservar a ciertos animales y así”, añade el funcionario.

Reconciliémonos con la naturaleza

En Colombia las 36 autoridades ambientales existentes, según la Resolución 2064 de 2010 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, tienen lugares especializados para evaluar, tratar y definir el lugar de destino de todos esos animales que fueron extraídos de su entorno con fines lucrativo por manos criminales y que lograron ser recuperados.

Muchas de esas autoridades se unieron en la campaña Reconciliémonos con la naturaleza que busca generar consciencia ambiental durante la primera temporada de vacaciones, y proteger la fauna y la flora silvestre en Antioquia. “Esta campaña invita a pensar en que la naturaleza hace parte de nuestro entorno, en que la necesitamos para nuestra supervivencia en este planeta, en que nuestro país es un lugar megadiverso y requiere un compromiso de parte de todos los ciudadanos, para conocer la biodiversidad que albergamos y para conservarla”, finaliza Echeverry.

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