<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Cuando el desarrollo social nace en la tierra

  • Apoyar al productor para que continúe con su tarea de cultivo con todas las garantías debe ser una prioridad. FOTO archivo
    Apoyar al productor para que continúe con su tarea de cultivo con todas las garantías debe ser una prioridad. FOTO archivo
12 de junio de 2020
bookmark

Hace 15 años aproximadamente, las familias campesinas de la subregión del Oriente antioqueño trabajan bajo la consigna de una producción más limpia, que busca prevenir y minimizar el impacto de las labores agrícolas en el medioambiente y la salud humana.

Lo que empezó como una política establecida por el Gobierno Nacional en 1997 para garantizar la protección ambiental y el crecimiento económico en zonas rurales, se convirtió en la filosofía de centenares de agricultores que hoy priorizan el cuidado del entorno que habitan.

Para Rosa Angélica Duque, productora y representante legal de la Asociación de Mujeres Campesinas Buscando Futuro, Amcabf, “ha sido un proceso de aprender y adoptar buenas prácticas agrícolas, además de las normas de seguridad en el trabajo”. Por ello, en su finca El Hoyito —ubicada en la vereda Cascajo Arriba—, donde cultiva hortalizas, flores aromáticas y medicinales, y prepara abonos, se enfoca en bajar la toxicidad de los agroquímicos para que sean menos agresivos con el terreno. Asimismo, cuenta con un programa para el cuidado del agua, el manejo de residuos sólidos y la recolección periódica de envases tóxicos que, tras un tratamiento, puedan ser reutilizados.

Este modelo se replica en las 30 parcelas de sus compañeras asociadas en siete veredas de Marinilla, quienes a través de una red colaborativa han consolidado todo el proceso de producción, transformación y comercialización a pequeña escala de productos como champús, jabones, tisanas y extractos a base de plantas y flores, con los cuales obtuvieron 100 millones de pesos en ventas en 2019.

Otro de sus grandes logros ha sido el cultivo de fríjol ciento por ciento orgánico, transformado en proteína vegetal bajo la asesoría de profesionales técnicos en el marco del proyecto Somos rurales, del Ministerio de Trabajo, en el que la Alcaldía de Marinilla, el Pnud, Cornare y Fenalco asesoran activamente. La iniciativa, que vincula a 90 familias, entre ellas víctimas del conflicto y personas con discapacidad, también está encaminada a la mitigación del cambio climático a través de la adopción de nuevas tecnologías.

Y aunque este año se han visto golpeados por la crisis desatada por la pandemia, la Asociación ha buscado nuevas alianzas para poder vender sus productos y seguir impulsando el trabajo de las mujeres campesinas. “Hemos apoyado a la mayor cantidad de personas que hemos podido en la situación actual con ayudas económicas e insumos para que puedan continuar con su trabajo”, señala.

Mirada integral

Más campo, más sostenible es otro proyecto agropecuario desarrollado en la subregión embalses que comprende los municipios de Granada, El Peñol, Guatapé, San Rafael, Alejandría, Concepción y San Vicente. Su primera fase inició en 2017 y culminó en 2019 con resultados positivos, entre ellos: 481 productores participantes, 14 líneas productivas (fríjol, plátano, tomate, gulupa, mora, fresa, caña, cacao, peces, ganadería, café, aromáticas, papaya, uchuva), el mejoramiento de cuatro centros de acopio y el fortalecimiento de una alianza que permitió la exportación de 174 toneladas de tomate.

Para Fabio Jaramillo, coordinador general del proyecto, la clave para que estos planes sean sostenibles está en tener incentivos agropecuarios, lograr encadenamientos comerciales, robustecer los canales asociativos y brindar asistencia profesional técnica y psicosocial, puesto que “cuando un productor tiene salud mental e integración familiar se genera mayor resiliencia a cualquier adversidad que afecte su producción”, asevera.

Del mismo modo, es importante contar con la vinculación de instituciones y empresas que respalden las actividades, en este caso EPM, Isagen y Maser. “Con cada una partimos de la premisa de construir con los productores, nada es impuesto, ellos son la principal guía porque finalmente son quienes conocen su territorio y sus necesidades”, puntualiza Jaramillo.

Para el desarrollo social

Según Fernando Valencia, director de Conciudadanía, en Oriente se evidencia una transformación en los mecanismos de participación ciudadana. “Al bajar la intensidad de la guerra empezaron a concentrarse en asuntos más estructurales como el desarrollo social y la protección del agua”, explica.

A raíz del cambio se han consolidado diversos colectivos y grupos ambientales, liderados especialmente por jóvenes, que reciben acompañamiento para fortalecer sus capacidades de organización social porque las personas han entendido que es necesario incidir en las decisiones del gobierno local.

Frente a esto, el hilo conductor que tomaron para acompañar a las comunidades es el arte y la cultura. Encuentros como el Festival del Agua, Festival de Cine de Oriente y los festivales de teatro son el punto donde convergen distintos actores interesados en deliberar democráticamente por y para la gestión y el desarrollo de sus territorios.

Quien comparte esta visión es Rosa Duque, al indicar que con los proyectos productivos ha aumentado el liderazgo, el empoderamiento y la capacidad de las mujeres de intervenir en diferentes instancias del municipio. Por esta razón, es importante continuar con la apuesta de proyectos productivos que le abren oportunidades a todas las generaciones campesinas de Oriente desde lo económico, social, cultural y ambiental.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD