El Foro Económico Mundial para América Latina vivió ayer la primera de sus dos jornadas en Buenos Aires (Argentina) con coincidencias en que una mayor integración y estabilidad serán clave para que la región pueda afrontar el desafío de un escenario mundial cambiante y que cuestiona el modelo globalizador.
Cerca de 1.200 líderes del mundo de la política, la economía, los negocios y la sociedad civil se reúnen hasta hoy en la décimo segunda versión latinoamericana del Foro de Davos que se realiza en un hotel de la capital argentina, y que ayer coincidió con una huelga general en ese país.
En uno de los principales plenarios de debates de ayer, el eje estuvo puesto en la necesidad de mayor integración, no solo comercial, sino también política y en infraestructura, en la región para responder a desafíos recientes de impacto global, como el brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El alemán Hans-Paul Bürkner, titular de la consultora estadounidense The Boston Consulting Group, describió un panorama global de crecimiento lento, alto desempleo y “aversión” a la apertura, ante lo cual dijo que los países latinoamericanos fomentar el comercio dentro de la región
Una de las intervenciones más esperadas fue la del presidente argentino, Mauricio Macri, quien se mostró “optimista” respecto al futuro de la región porque no solo tiene “salida al Atlántico y al Pacífico” y grandes recursos naturales y humanos, sino que además es la mayor “zona de paz” del mundo.
En ese sentido, el mandatario pidió a empresarios y gobiernos que “en unos años podamos tener una América Latina con una profundización de vínculos entre los bloques comerciales de la región.