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Cuando un país adquiere más bienes y servicios en el exterior de los que comercializa, se dice que tiene un déficit comercial. Eso, justamente, es lo que le ha pasado a Colombia durante los últimos seis últimos años.
El dato más reciente es el de 2019: las importaciones sumaron 50.271 millones de dólares y las exportaciones 39.502 millones, para un desbalance de 10.769 millones, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) (ver Gráfico).
¿Y cuál es la causa de esto? El hecho de que, por ejemplo, el país aún dependa de bienes extranjeros para desarrollar su aparato productivo y de que no se haya vuelto a observar un ‘boom’ en los precios del petróleo como en años pasados para exportar más.
Así lo observa Óscar Eduardo Medina, docente de Organización y Gerencia de la Universidad Eafit, quien explica que, en general, Colombia no ha visto muchos superávit en su balanza comercial, y que será difícil volverla a observar uno en el mediano plazo porque no se avisora un precio del petróleo que pueda volver a los 90 dólares por barril que reanime las exportaciones.
Y ya sobre el punto de las compras de bienes foráneos que necesita la industria colombiana, mencionado por Medina, los datos de importaciones del Dane indican que los productos que más se adquirieron fueron los manufacturados (40.270,5 millones de dólares), encabezados por maquinaria y equipo de transporte (18.539,9 millones)
Édgar Bejarano, profesor de Economía de la Universidad Nacional, explica que “habrá que ver si el déficit comercial puede financiarse con dinero de afuera como inversión extranjera, remesas o transferencias”, o de lo contrario seguirá aumentando el déficit de corriente (más compras que ventas al mundo), que según cálculos del Banco de la República este año llegará a 4,4 % como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) del país (ver Claves).
Medina, por su parte, comenta que si se escala el desbalance comercial al colombiano de a pie, hay que observar la variación en los precios del dólar, que, de encarecerse por la coyuntura mundial, provocarían que se eleve el valor de los insumos para, por ejemplo, ensamblar productos de la canasta familiar como electrodomésticos o ropa.
Y agrega que una solución para hacer frente al déficit es pensar en el turismo como un motor que impulse la economía. Para Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), las claves son diversificar exportaciones y disminuir costos logísticos para alcanzar ventas por 50.000 millones de dólares este año .