Colombia apuesta por el turismo como nuevo motor económico. Entre enero y marzo de 2025, este sector generó más divisas que el café y el carbón juntos, con un salto de más del 100%, representado en 1.643 millones de dólares más.
Pero, aunque la bonanza turística entusiasma, la otra cara de la moneda plantea dudas sobre su capacidad real para reemplazar al petróleo.
Y es que desde su campaña, el presidente, Gustavo Petro, ha promovido un modelo económico centrado en la protección del medioambiente, con el objetivo de reemplazar la dependencia de la economía extractiva por sectores alternativos como el turismo.
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“Estamos convencidos que una fuerte inversión en turismo, dada la belleza del país, y en la capacidad y potencialidad de Colombia en generación de energías limpias podría perfectamente llenar los vacíos que puede dejar la economía fósil de la que hemos dependido (...) El turismo extranjero que llega al país puede ser, en el corto plazo, un sustituto, no digo total, no voy a exagerar, por lo menos parcial, pero importante”, fueron las palabras que expresó el mandatario durante el pasado Foro de Davos.
Este discurso volvió a tomar fuerza cuando la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) comunicó que durante el primer trimestre de 2025 el país recibió 2.865 millones de dólares en divisas por turismo, un aumento del 12,9% frente al mismo periodo de 2024 y un 62,8% más comparado con los niveles prepandemia de 2019.
Esto hizo que, además, el turismo alcanzara el 86% de las exportaciones del petróleo y sus derivados, con una participación que aumentó 14 puntos porcentuales, frente al 72% observado en el primer trimestre del año pasado.
Sin embargo, reemplazar los dividendos, regalías e impuestos que genera en su totalidad el sector de hidrocarburos no es tarea fácil. Además de los retos que implica en términos fiscales, el turismo también enfrenta desafíos en infraestructura para acoger a los millones de visitantes que se necesitaría, así como riesgos asociados a la masificación y sus posibles impactos sociales y ambientales.
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El auge del turismo en Colombia
Para Paula Cortés Calle, presidente ejecutiva de Anato, el turismo ya es el segundo renglón de la economía colombiana, con ingresos cercanos a los 10.000 millones de dólares en divisas. A su juicio, el sector ha mostrado que tiene el potencial de superar al petróleo.
“Estamos hablando de que las divisas del petróleo están alrededor de 15.500 millones de dólares. Entonces, a partir de esa base, el turismo sí podría superar esa meta en unos cinco años”, comentó.
De hecho, según el Ministerio de Comercio y Migración, en 2024 Colombia rompió su récord de turismo con casi 7 millones de visitantes, lo que representó un aumento del 8,5% con respecto a los 6,2 millones que recibió en 2023.
El número de extranjeros que ingresaron al país pasó de 4,1 millones a 4,5 millones, con un alza del 10,5%. Por su parte, los colombianos residentes en el exterior que regresaron temporalmente —principalmente para visitar a sus familias— pasaron de 1,7 millones a 1,9 millones, un incremento del 8%.
Con estos resultados, el turismo se consolidó como uno de los sectores con mejor desempeño para el Gobierno. La meta establecida en el Plan Nacional de Desarrollo para 2024 era recibir 6 millones de turistas, y se superó en un 12%. El país ha fortalecido su estrategia de promoción internacional con la campaña Colombia, el país de la belleza, lanzada en 2023, y avanza hacia el objetivo de alcanzar los 7,5 millones de visitantes en 2026.
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¿El turismo es ‘el nuevo petróleo’?
Pero el impacto fiscal de los hidrocarburos va mucho más allá de la generación de divisas y visitantes. José Ignacio López, presidente de Anif, señala que este sector aporta el 18% del recaudo por impuesto de renta de las empresas, y que las regalías equivalen al 1% del PIB anual, cifras que reflejan su peso en las finanzas públicas del país.
En su análisis, reemplazar esos recursos implicaría aumentar el IVA del 19% al 25%, o que el turismo se quintuplique y lleguen al país 27,4 millones de turistas al año, con un gasto de 1.472 dólares por cada visitante.
En línea con esto, el exministro de Minas y Energía Tomás González reconoció que es positivo que el turismo esté generando divisas y dejando más dólares en Colombia; sin embargo, dijo, cuando se analizan otras métricas clave, el panorama cambia.
“Una de las preguntas fundamentales es cuánto de ese ingreso realmente se traduce en recaudo fiscal para los gobiernos nacional y locales. Esto es crucial, porque el gasto público, que es el que financia carreteras, salud y subsidios, depende del Presupuesto Nacional. El turismo no genera regalías y su contribución tributaria es limitada. Eso sí, es una importante fuente de empleo y dinamiza el gasto local”, explicó González.
Y añadió que está muy bien que más extranjeros visiten el país, pero que, como en la salud de una persona, hay múltiples variables que definen la solidez de una economía.
“Aunque turismo y petróleo puedan compararse en generación de divisas, en términos fiscales no hay punto de comparación. Al final del día, Colombia necesita de ambos sectores para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible”, sostuvo.
“No se trata de reemplazar el petróleo por el turismo”
Consultado por este diario, Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), afirmó que las divisas generadas por el turismo aún son menores a las del petróleo. Adicionalmente, recalcó, el crudo y el gas aportan al país mucho más que el impuesto de renta. De hecho, en algunos departamentos del país este sector representa más del 40% del PIB regional.
“La industria contribuye con derechos económicos, dividendos de Ecopetrol, otros impuestos, regalías para las regiones, inversión social y ambiental, recursos que se traducen en proyectos concretos de desarrollo en los territorios. Para 2024, se estimó que los aportes de la industria al país fueron de $24,1 billones. El impuesto de renta representó únicamente el 32% del total de los aportes”, expresó.
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No obstante, agregó que lo deseable es que la economía del país se diversifique a través de sectores como el turismo, que contribuyan a formalizar y generar empleos, así como a diversificar el PIB de las regiones.
“No se trata de reemplazar un sector por otro, porque esto no es un juego de suma cero. Se trata de sacarle el mayor provecho, de obtener el mayor potencial de los hidrocarburos y del turismo, porque ambos siendo distintos generan beneficios complementarios para el sistema económico y social”, puntualizó Pearl.
Los desafíos del turismo en Colombia
Ahora, convertir al turismo en el ‘nuevo petróleo’ también conlleva otros desafíos. La llegada y circulación de un número cada vez mayor de viajeros supone retos que van desde emisiones de gases de efecto invernadero, debido a uso de medios de transporte muy contaminantes; la sobreexplotación de los recursos naturales y el encarecimiento del costo de vida, especialmente en el precio de los alquileres para los residentes locales.
Según Anato, el sector turístico en Colombia enfrenta cinco grandes retos para consolidarse como motor económico. El primero es la seguridad, que requiere la formulación de un plan integral junto al Gobierno Nacional; el segundo es la conectividad, tanto aérea como terrestre, indispensable para ampliar las oportunidades turísticas más allá de las grandes ciudades.
El tercer y cuarto reto están relacionados con la adopción de tecnología e inteligencia artificial, y la capacidad de adaptación a las nuevas tendencias del turismo, que evolucionan rápidamente y exigen innovación constante.
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Finalmente, la sostenibilidad se presenta como un eje transversal: el turismo debe avanzar hacia prácticas responsables que mitiguen el impacto ambiental, reduzcan las emisiones de carbono y protejan los ecosistemas, asegurando así su permanencia como fuente de beneficio económico y social a largo plazo.