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El próximo 31 de marzo termina el plazo para que los empresarios, personas naturales o jurídicas, renueven la matrícula mercantil, tarea que está a cargo de las 57 cámaras de comercio que operan en el país.
La Confederación de Cámaras de Comercio (Confecámaras) advirtió que en julio de 2020 se expidió el Decreto 1068, que le permite a la Superintendencia de Sociedades (Supersociedades) iniciar el proceso para declarar la disolución de las empresas que no cumplan durante tres años consecutivos con la renovación de la matrícula mercantil o el envío de la información financiera requerida por esa entidad, que encabeza Juan Pablo Liévano.
En ese sentido, se explicó la norma reglamenta la Ley 1955 de 2019 e implementó el proceso que permite la depuración de las sociedades no operativas, es decir de empresas que no se encuentran desarrollando su objeto social y que pueden ser consideradas como sociedades fachadas.
La Supersociedades insistió en que es muy importante para el ecosistema empresarial poder hacer esta depuración, pues ella permite tener claridad sobre las sociedades que realmente están realizando actividades empresariales y generando valor, riqueza y empleos.
Igualmente, en muchos casos, sociedades que nunca operaron o que dejan de operar y no generan ingresos operacionales, y que no disuelven y liquidan, pueden ser usadas para actividades ilícitas. Este tipo de sociedades no generan ningún valor a la economía del país y, por el contrario, se constituyen en un riesgo para la preservación del orden público económico (ver Paréntesis).
Desde la presidencia de la Cámara de Comercio Aburrá Sur, Lillyam Mesa Arango, explicó que son múltiples los motivos por los cuales un empresario o comerciante no puede dejar de matricularse o de ponerse al día en su renovación mercantil.
Uno de ellos es proteger su nombre comercial y dar fe de la antigüedad de su actividad empresarial, pues para una empresa o un establecimiento, el nombre comercial puede considerarse como un bien valioso y tangible que forma parte del patrimonio del empresario.
También posibilita acceder a créditos y a mayores oportunidades con clientes y proveedores, dado que la matrícula mercantil renovada es respaldo de seriedad y confianza, lo acredita como empresario cumplidor de sus deberes legales y le da publicidad a sus actos comerciales.
“Este documento se convierte así en una carta de presentación ante las corporaciones, bancos y, en general, a clientes y proveedores, puesto que da fe sobre un comerciante cumplidor de sus deberes que asume con responsabilidad y seriedad las obligaciones y compromisos que contrae”, anotó Mesa.
Igualmente, la renovación abre las puertas para contratar con los sectores público y privado. En ese sentido, la formalidad abre las opciones no solo para que un empresario o comerciante acceda a contratos privados, sino también para establecer una relación comercial con el Estado en todos sus niveles.
Además, permite acceder a programas de acompañamiento empresarial. “El Estado ofrece alternativas de apoyo para las empresas. No obstante, para acceder es necesario estar al día con la renovación de la matrícula mercantil, y en el caso de nuestra entidad es la puerta de entrada a una plataforma de servicios gratuita en la que los empresarios encuentran respuesta a muchas de sus necesidades”, concluyó la presidente de la Cámara de Comercio Aburrá Sur.
A su turno, Rodrigo Zuluaga, presidente de la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, pidió a los empresarios usar los medios virtuales (app y web) para ejecutar el trámite, y evitar congestiones en las sedes físicas y mitigar el riesgo de contagio de la covid.
Según las cuentas de Confecámaras, el año anterior se contabilizaron 1,8 millones de renovaciones de registros públicos realizados en todo el país durante la temporada de renovación de matrícula mercantil, que finalizó el 3 de julio, por la extensión en el plazo gestionada ante el Gobierno por Confecámaras, como una medida de apoyo a los empresarios en medio de la pandemia de la covid-19.
Del total de renovaciones, 656.343 correspondieron a personas naturales, 282.259 a personas jurídicas y 801.777 a establecimientos de comercio, cifras que, junto con la renovación de otros registros, significaron la actualización del 90 % de los registros empresariales.
La cifra representó una disminución de solo el 6 % con respecto a las renovaciones realizadas en el 2019 que fueron 1,91 millones