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Con la idea de buscar salidas a la caída del 5,7 % en las exportaciones de Colombia del año pasado (según el Dane), el Gobierno, a través del Ministerio de Comercio y ProColombia, diseñó otra hoja de ruta para motivar las exportaciones no mineroenergéticas del país.
En el nuevo plan aparecen las Fábricas de Internacionalización, un modelo que pretende darle herramientas y canales de comunicación a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) del país que se dedican a la comercialización de productos alejados de la tradicional industria del petróleo y carbón.
La idea es que las empresas tengan un acompañamiento personalizado en el proceso previo y durante la exportación. La identificación de bienes y servicios para determinados mercados es uno de los objetivos de ese plan.
La medida es importante si se tiene en cuenta que según datos del Ministerio de Comercio, las Mipymes representaron el 75,1 % de la fuerza exportadora en 2019, aunque por valor sólo contribuyeron con el 17,1 % del total; de ahí lo urgente de encontrar canales que ayuden crecer la cantidad de pedidos y el dinero que reciben por estos.
Sobre lo que representa la iniciativa, José Manuel Restrepo, ministro de Comercio, Industria y Turismo, aseguró: “Queremos ser sus socios en este proceso. Fábricas de Internacionalización entra como una solución integral para que el empresario acelere sus procesos de exportación e ingrese a nuevos mercados de manera sostenible, estructurada y competitiva”.
Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), señaló como positiva la noticia y el acompañamiento que se le va a dar a esas compañías, e insistió en que es importante que ese seguimiento se centre en atacar los principales miedos de los empresarios.
“El beneficio va no sólo para empresas que hasta ahora arrancan, también se fija en compañías que han buscado la manera de crecer pero que no han podido porque el tiempo apremia y las barreras suelen ser las mismas”, añadió Quintero.
Lo cierto es que esta iniciativa, que contempla entre otros el asocio entre firmas para compartir el esquema de gastos, deberá atacar un problema fundamental: el tiempo que se gasta una compañía para hacer una exportación (ver Radiografía).
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 38 % de las pymes abandonan al año las exportaciones, en parte por el desgaste temporal que representan. En Colombia, según la Ocde, hasta 300 horas demora ese proceso, mientras que el promedio de América Latina y el Caribe es de 61,9 horas .