La informalidad laboral golpea con más fuerza a los trabajadores mayores en Colombia. Aunque este grupo poblacional crece aceleradamente y representa un capital humano de alto valor para las empresas, su acceso al empleo formal sigue siendo limitado. Según un estudio de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), el 47% de las personas entre los 50 y 54 años trabajan por cuenta propia y sin protección social, proporción que escala hasta el 78% entre los mayores de 75 años. La cifra enciende alarmas en un país donde más de 6,8 millones de personas superan los 60 años, de acuerdo con el Dane.
El fenómeno no es menor: en América Latina, la población mayor ya supera los 98 millones de personas, el 14% de toda la región, y se duplicará para 2050, según la Cepal. Por fin, los adultos mayores buscan mantenerse activos no solo por necesidad económica, sino también por bienestar emocional, salud mental y sentido de propósito. Pero la mayoría lo hace al margen del sistema laboral formal.
La urgencia de incluir talento senior en la economía
El rezago en la formalización del empleo senior evidencia una brecha estructural: mientras las personas mayores aportan experiencia, estabilidad, conocimientos acumulados y una ética laboral sólida, los sesgos por edad, la falta de vacantes adaptadas y la poca capacitación disponible los mantienen fuera del radar de muchas empresas.
“Reconocer el valor del talento senior no es solo responsabilidad social: es una oportunidad para incrementar la productividad, la competitividad y la innovación”, afirmó María Isabel Carrascal, gerente de Educación, Empleo y Fomento Empresarial de Compensar. Según la experta, los trabajadores mayores aportan continuidad operativa, reducen los costos de rotación y fortalecen la cultura organizacional con una visión práctica y estratégica.
Entre las principales ventajas de incluir talento senior, Compensar destacó cuatro elementos:
-Productividad y estabilidad laboral:los mayores permanecen más tiempo en sus puestos, reduciendo costos de reemplazo y entrenamiento.
-Transferencia de conocimiento: su experiencia permite acelerar procesos de mentoría y formación de nuevas generaciones.
-Innovación desde la diversidad: equipos intergeneracionales toman mejores decisiones, resuelven problemas con mayor creatividad y aportan perspectivas complementarias.
- Mejora del clima laboral: la combinación de juventud y experiencia impulsa la cooperación y la empatía en los equipos.
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Oxxo apuesta por la inclusión
Mientras la informalidad crece entre los mayores, algunas empresas empiezan a implementar estrategias para revertir esta tendencia. Uno de los casos más visibles es el de Oxxo Colombia, que en alianza con la Agencia de Empleo y Fomento Empresarial de Compensar desarrolló el Programa Silver, dirigido a vincular laboralmente a personas mayores de 50 años.
Gracias a esta iniciativa, 81 trabajadores seniors fueron contratados por la cadena, recibieron formación técnica y fortalecieron habilidades como inventarios, servicio al cliente, manejo de caja y procesos comerciales. Compensar acompañó todo el proceso con preselección, orientación ocupacional y sensibilización para garantizar la integración en los equipos.
Además, la capacitación se desarrolló bajo Propulsor Compensar, el programa de formación laboral de la caja de compensación, clave para cerrar brechas y potenciar las competencias de este segmento.
Por esta iniciativa,Oxxo obtuvo el Segundo Puesto del Premio Innova Mayor en la categoría Inclusión de Talento Senior, un reconocimiento que destaca las buenas prácticas empresariales orientadas a la equidad intergeneracional.
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Un llamado al mercado laboral colombiano
Para Carrascal, el desafío es claro: “cuando las empresas reconocen el valor del talento mayor, no solo transforman vidas, sino también el mercado laboral y la cultura organizacional.” El llamado es a fomentar oportunidades formales, adaptar vacantes, invertir en formación y reducir los sesgos por edad.
Con un país que envejece aceleradamente y con tasas de informalidad que superan el 47% entre los mayores de 50 años, la inclusión laboral de esta población no es solo un reto económico: es una apuesta social y empresarial para construir un mercado laboral más diverso, productivo y sostenible.