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¿Lo deja tranquilo el seguro que cubre su casa?

Incendio, terremoto, inundación, explosión y robo son coberturas que ofrecen las aseguradoras. ¿Cómo elegir?

  • ilustración Fabián Rivas
    ilustración Fabián Rivas
19 de agosto de 2017
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En los primeros seis meses de este año en Colombia se financiaron 56.472 unidades de vivienda entre nueva y usada, para lo que el sistema financiero desembolsó 2,9 billones de pesos, según cifras publicadas ayer por el Dane.

Para cada uno de esos hogares el sector asegurador ofrece una serie de amparos o coberturas contra riesgos como incendios, explosiones, inundaciones e incluso actos terroristas, vandalismo, asonadas o motines (ver Dicen de...).

El gremio del sector asegurador, Fasecolda, anota que cada póliza es particular y por tanto sus amparos, exclusiones y condiciones tiene variaciones (ver Glosario).

Es así como las coberturas por daños generados por erupciones volcánicas, terremotos, temblores de tierra o cualquier otro hecho natural como huracanes, tornados y ciclones deben contratarse mediante pacto expreso, es decir, debe quedar claramente consignado en la póliza cuáles riesgos están efectivamente cubiertos por el seguro.

El valor del seguro

La Cámara Técnica de Incendio y Terremoto de Fasecolda explica que el costo de la prima de una póliza de seguros está determinado por diferentes variables.

La primera tiene que ver con las coberturas contratadas, pues esta puede ofrecer servicios opcionales y de asistencia que, por lo general, tienen un costo adicional.

También pesa en el valor del aseguramiento la ubicación de la vivienda, pues de ella depende el tipo de riesgos a los que puede estar expuesto el hogar. Este ítem abarca el tipo de zona sísmica, la probabilidad de inundación, la influencia de vientos fuertes o granizo.

Las aseguradoras también estudian las características de la vivienda y tienen en cuenta si fue construida cumpliendo normas sísmicas, si cuenta con protecciones como puertas de seguridad, vigilancia o alarmas o si tiene sistemas de protección contra incendio, entre otros aspectos, todos los cuales influyen en la tarifa.

Lo que no se asegura

Los seguros del hogar, como sucede con otras pólizas que protegen bienes, tienen por norma una serie de exclusiones, siendo la primera de ellas los daños generados por voluntad del asegurado a sus bienes. Esta conducta es conocida como dolo (voluntad maliciosa de engañar a alguien, de causar un daño o de incumplir una obligación contraída).

Igualmente no hay cobertura para los daños generados por una guerra internacional o civil y actos perpetrados por enemigos extranjeros, hostilidades u operaciones bélicas (sea o no declarada una guerra) rebelión y sedición.

Además, se excluyen los daños producidos por material para armas nucleares, así como los perjuicios generados por la contaminación debido a fuentes de radioactividad de cualquier combustible.

Tampoco se cubren los destrozos que no sean accidentales. Por ejemplo, aquellos generados por falta de mantenimiento o por manipulación indebida de ciertos elementos que pertenezcan a la vivienda como cables eléctricos, tuberías hidráulicas y sanitarias o las remodelaciones que afecten la integridad estructural de la edificación.

Los daños causados por la vibración generada por vehículos de carga pesada que transitan cerca a la residencia o por la construcción de edificaciones vecinas,.

Así que, por ejemplo, estos riesgos pueden no estar amparados en la póliza, pues tales daños no son generados de manera súbita e imprevista.

Finalmente, antes de adquirir un seguro, encuentre la relación óptima para usted entre el precio y las coberturas ofrecidas e identifique cuáles son sus derechos y deberes como asegurado.

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