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Los siete decanos de ingeniería de diversas universidades de Antioquia expusieron las preocupaciones sobre algunos de los aspectos técnicos que consideran relevantes y deben tenerse en cuenta en la toma de decisiones sobre el proyecto hidroeléctrico Ituango (Hidroituango).
En un comunicado, los docentes directivos señalaron que este complejo es fundamental para garantizar el suministro energético del país. “Esta realidad cobra aun más importancia en el escenario actual de cambio climático, en el que las energías renovables son la base de la sostenibilidad. En este sentido, se deben favorecer los escenarios que garanticen la correcta puesta en funcionamiento del proyecto en el tiempo planteado por EPM para el año 2022. En aras de aportar en este sentido, conscientes de la necesidad de contribuir desde la Ingeniería y teniendo en cuenta el respeto que merecen las instituciones gubernamentales abocadas a tomar decisiones sobre este tema, presentamos las siguientes reflexiones”, anotaron.
Igualmente, explicaron que el ejercicio de la ingeniería, por su propia naturaleza, acarrea la consideración de incertidumbres y riesgos inherentes a cualquier proyecto. Estas incertidumbres y riesgos, cuando se materializan, no necesariamente implican una actuación errada desde la ingeniería. Por ello se hace fundamental una buena gestión del riesgo, para lo cual existen modelos que permiten su mitigación o subsanación en atención a criterios técnicos basados en la identificación de causas y responsabilidades. Esto, a su vez, permite proteger grandes proyectos de infraestructura como este.
Para los decanos, “en la situación actual del proyecto Hidroituango, teniendo un porcentaje de avance cercano al 84 %, cualquier acción que implique la suspensión parcial o temporal del mismo, es inconveniente. En primer lugar, por las implicaciones técnicas y, en segundo lugar, por las económicas”.
En ese sentido señalaron que las implicaciones técnicas son múltiples. En el estado de avance actual, forzar un cambio en los contratistas del proyecto implicaría un mayor retraso en la terminación de la obra y, por lo tanto, una demora adicional de cara a la interconexión eléctrica y al suministro de energía del país. “Esto, desde una mirada global, pero también deben considerarse un número significativo de aspectos puntuales. Para citar un ejemplo, considérese que la condición actual de funcionamiento de la presa, a espera de la entrada en funcionamiento de los generadores de energía, ha obligado al uso continuo del vertedero, el cual se diseñó para el flujo de agua en exceso de la encausada por el sistema de generación. Esa no es una situación deseable. Así como este, hay otros tantos aspectos a tener en cuenta, muchos de los cuales conviene no intervenir o retardar”, se lee en el texto.
De igual manera, en atención a aspectos económicos propios de un proyecto de ingeniería, forzar un cambio en los contratistas impondría el riesgo adicional de llegar a inhibir la capacidad de respuesta de las partes involucradas en la ejecución del proyecto. “Los contratistas actuales vienen atendiendo la ejecución ya programada del proyecto y estarían obligados a continuar haciéndolo. En tanto, un cambio en los responsables de una obra de estas magnitudes haría muy difícil el adecuado seguimiento a su continuidad y a la correcta asignación de responsabilidades. En este sentido, detener el proyecto podría implicar que las empresas queden asfixiadas con las deudas, sin posibilidad de generar recursos, corriendo riesgos de quiebras y la no finalización de un proyecto como Hidroituango, el cual representa un alivio para el suministro de energía eléctrica del país”, agregaron.
Abogaron porque en el momento actual se debe buscar la mejor solución que permita sacar adelante el proyecto, evitando mayores contratiempos que los ya sufridos, sin que esto evite el análisis legal que se deba realizar. “Como académicos y responsables de la formación de nuevas generaciones de ingenieros, hacemos un llamado a la reflexión y al análisis de cada uno de los puntos presentados, con el fin de que las decisiones tomadas conduzcan a las mejores consecuencias desde lo técnico, lo económico y lo social, para el crecimiento y desarrollo de nuestro país”, concluyeron en su mensaje los decanos de las facultades de ingeniería.
El texto fue suscrito por Roberto Carlos Hincapié decano de la Escuela de Ingenierías de la Universidad Pontificia Bolivariana, Adriana Patricia Villegas decana de Ingeniería, Campus Medellín de la Universidad Cooperativa de Colombia, Nayibe Cano Fernández decana de Ingeniería de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Jorge Mario Garzón González decano de la Facultad de Ingenierías de la Universidad Católica de Oriente, Jesús María Soto Castaño decano de Ingeniería y Ciencias Básicas de la Universidad EIA, Ricardo Taborda decano de la Escuela de Ingeniería de EAFIT y Guillermo León Bolívar decano de la Facultad de Ingeniería de la Corporación Universitaria Minuto de Dios.