Mientras en Washington se multiplican las preocupaciones fiscales y arrecian las tensiones comerciales, en Colombia el dólar se mantiene bajo control.
Según analistas del mercado cambiario, la divisa podría seguir moviéndose entre $4.100 y $4.200 durante junio, gracias a una combinación de factores internacionales que opacan los problemas internos del país.
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“La percepción general es que, aunque tenemos ruido local, ese ruido ya está incorporado. El dólar no debería moverse mucho en este mes”, explicó la Dirección de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital.
Sin embargo, para los próximos meses el panorama podría cambiar. Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, estimó que es probable que el dólar cierre al alza el año, pese a que, en estos momentos, se ubica en su nivel más bajo del año y, como es tradicional, las menores monetizaciones en el segundo semestre podrían hacerlo cerrar el año al alza.
“Entre los fundamentos alcistas se encuentran la sobreoferta de petróleo en el mundo y las dificultades de la Reserva Federal para recortar tasas de interés”, detalló el analista.
A renglón seguido proyectó que, a nivel local, la continuidad de los recortes de tasas de interés del Banco de la República y el inicio del periodo preelectoral podrían avivar la volatilidad.
El dólar global está débil: ¿qué lo está tumbando?
El debilitamiento del dólar a nivel global se debe, en parte, a las expectativas de que la Reserva Federal reanude los recortes de tasas de interés en el segundo semestre.
También ha influido la aprobación del megaplan fiscal en EE. UU., conocido como One Big Beautiful Bill, que amplía exenciones tributarias y eleva el techo de deuda en 4 billones de dólares.
La decisión fue mal recibida por las calificadoras: Moody’s rebajó la nota crediticia de EE. UU., aumentando la presión sobre el dólar y fortaleciendo monedas emergentes como el peso colombiano.
“Estados Unidos está atrapado entre una guerra comercial y una explosión fiscal. Ambos escenarios debilitan al dólar”, resumió Felipe Campos, gerente de estrategia de inversión de Alianza Valores, para Bloomberg.
Los expertos en análisis técnico de Global&66—que estudian los movimientos del dólar con herramientas gráficas— ven señales de que la divisa podría seguir bajando. Por ejemplo, uno de esos indicadores, el RSI, está en 42, lo que significa que el dólar está cerca de entrar en una zona en la que podría considerarse “muy barato”.
Otro indicador, llamado MACD, también muestra una tendencia a la baja. Además, el precio actual del dólar está por debajo de sus promedios de los últimos 50, 100 y 200 días, lo que refuerza la idea de que, al menos por ahora, la moneda estadounidense sigue perdiendo fuerza.
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Asimismo, Camilo Pérez, director de investigaciones económicas y análisis de mercados del Banco Bogotá, precisó que, en el corto plazo, la tasa de cambio podría acercarse a los $4.000, en la medida en que el contexto internacional está relativamente tranquilo, y en el frente local, los factores de incertidumbre no cambien de manera relevante.
“Sin embargo, en el segundo semestre si estamos pensando que el tema fiscal traerá algo más, veremos probablemente bajadas de calificación por parte de las principales calificadoras de riesgo. Asimismo, estaremos un poco más cerca de las elecciones y todo esto creemos que se va a conjugar por una tasa de cambio presionada al alza”, explicó Pérez.
Añadió que su predicción de fin de año es que la divisa en Colombia ascienda a $4.400, e incluso que continúe subiendo de cara a las elecciones en el 2026.
¿Y en Colombia? Ruido fiscal sí, pero ya está “descontado”
La incertidumbre por el panorama fiscal colombiano —incluido un posible aumento en la meta de déficit y una rebaja en la calificación crediticia— no ha causado una estampida del dólar, al menos por ahora. ¿La razón? El mercado ya lo anticipó.
“Hay preocupación, sí, pero ya está en el precio. Muchos inversionistas han venido posicionándose ante resultados fiscales negativos”, dijo Pérez.
Por eso, aunque hay ruido político y presión interna, el dólar no se ha disparado. De hecho, podría bajar levemente si se mantienen las condiciones actuales.
La verdadera tensión está hacia el segundo semestre. Los analistas coinciden en que, si empeora el panorama fiscal o sube el precio del petróleo, el dólar podría cambiar de rumbo.
Los analistas consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que la tasa de cambio podría acercarse a los $4.400 hacia fin de año. A eso se suma la incertidumbre electoral, que siempre mete presión en los mercados.
“La última parte del año podría ser de presiones al alza, cambiando la tendencia actual”, advirtió Credicorp.
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¿Qué pasa con la tasa de cambio en Colombia?
El analista financiero y vicepresidente de investigaciones y estrategia de Solidus Capital, Diego Palencia, advirtió que el comportamiento del dólar en Colombia está marcado por una fuerte distorsión, producto de factores tanto externos como internos que alteran el canal natural de la tasa de cambio y las expectativas del mercado.
“El canal de tasa de cambio está distorsionado por la guerra arancelaria a nivel global y los problemas políticos internos, como la crisis fiscal y la reciente declaración de inconstitucionalidad de la consulta popular”, explicó Palencia.
Según el experto, esta combinación de choques ha alterado la manera en que se mide el riesgo de liquidez y de mercado en Colombia, lo que podría tener un alto costo en los próximos meses.
“Esa distorsión nos va a pasar factura en el segundo semestre de 2025. El riesgo de mercado no se está valorando con claridad y eso puede provocar correcciones abruptas más adelante”, dijo.
Palencia proyectó que, de mantenerse las condiciones actuales, el dólar en Colombia podría moverse en un canal de entre $4.150 y $4.550 durante la segunda mitad del año. Sin embargo, advierte que el panorama puede empeorar si se presentan alteraciones en el orden social.
“Si hay una respuesta social fuerte ante la decisión de declarar inconstitucional la consulta popular, podríamos entrar en un escenario de estallido social que afecte aún más las expectativas del mercado”, señaló. “Eso elevaría la aversión al riesgo sobre Colombia y podría generar una mayor volatilidad en el dólar, de al menos 300 pesos adicionales”.
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