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¿Una res amarrada? Este es el Tinder de las vacas
SEV es una app que surgió durante el encierro de la pandemia, cuenta con más de 15.000 usuarios.
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La plataforma creada por Luis Miguel Celis y Juliana Ambrad merma, además, la huella de carbono al reducir la cantidad de viajes que deben realizar los ganaderos. FOTO camilo suárez
05 de julio de 2022
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Millones de pesos dejaron de circular de un día para otro en el sector ganadero cuando cayó la pandemia —en marzo de 2020— y se detuvieron las grandes subastas del sector.
Entonces, a tres emprendedores les llegó una petición para desarrollar una solución que permitiera seguir comercializando sin necesidad de ir a las grandes centrales.
Así nació la plataforma SEV, que no solo encontró cómo realizar estas pujas de forma remota, sino que también creó una vitrina digital en la que se cuelgan las descripciones de los animales —acompañadas de cortos videos— para que los pretendientes se “enamoren” y compren; por eso es conocida como el “Tinder ganadero”.
Esta es una de las startup colombianas del renglón agropecuario y toda la tecnología de la plataforma fue desarrollada por tres cartageneros: Luis Miguel Celis, Alejandro Ambrad y Juliana Ambrad.
La representante femenina del equipo dialogó con EL COLOMBIANO y contó que, hasta ahora, esta propuesta ha logrado derribar las barreras geográficas del negocio, toda vez que los propietarios del ganado ya no tienen que desplazarse de un lado para otro cuando desean exhibir y vender sus especímenes.
La solución para las subastas virtuales fue creada inicialmente para un organizador específico, pues las cuarentenas estrictas habían paralizado el negocio. Y según relató la cofundadora, algunos intermediarios trataron de hacer las subastas en redes sociales, pero el retraso de la señal causaba problemas de transparencia cuando los oferentes levantaban las paletas en medio de la puja.
Una destrucción creativa
La plataforma SEV, de acuerdo con Ambrad, tiene menos de un segundo de retraso y su fórmula dio un buen resultado. Por eso, comenzaron a ofrecerla a otras subastas y fueron los artífices de una “destrucción creativa”, es decir, iniciaron un proceso de innovación con el que se cambia todo el modelo de negocio predominante en la industria.
Para los creadores de esta plataforma, hay varias ventajas detectadas en la virtualidad. Una de ellas, el ahorro de los desplazamientos, pues el costo del transporte no es menor. Además, en estos trayectos, los animales pierden peso y eso merma su cotización.
Tampoco puede perderse de vista que, al culminar las subastas, los propietarios no siempre venden todo el lote y deben pagar un nuevo viaje para retornar con sus animales hasta la ciudad de origen.
¿Y el Tinder?
No obstante, las subastas no cubren el 100% del mercado en todo el país y hay ganaderos con unos hábitos de compraventa muy diferentes. A partir de esa premisa, los creadores de SEV agregaron el market place que enlaza a los que compran con los que venden.
“Ahí conectamos a los usuarios que buscan negociar el mismo tipo de animal, raza y cantidad, dentro de los kilómetros de distancia alrededor de sus fincas que les sea más conveniente, es algo así como el Tinder del ganado”, explicó Juliana Ambrad.
A la fecha, de acuerdo con las métricas de la plataforma, ya tienen más de 15.000 usuarios registrados y calculan que el ahorro de los costos para ellos puede ser hasta del 17%.
Igualmente, la emprendedora argumentó que, al disminuir los viajes por carretera, merma la huella de carbono. (ver Para saber más).
Respecto a la seguridad de la operación, afirmó que “SEV utiliza un sistema de identificación digital para generar más confianza en el negocio”.
Los planes de expansión
En el corto plazo, de acuerdo con Juliana Ambrad, su propósito es añadir servicios complementarios a la plataforma como la adquisición de seguros, insumos médicos y transporte. De otro lado, adelantó que la operación se extenderá a países como Paraguay y Bolivia.
Hasta ahora, según señaló, el crecimiento de la plataforma ha sido orgánico y no han necesitado buscar financiamiento de inversionistas, aunque es una posibilidad que no se descarta del todo.
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