Pico y Placa Medellín
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Hay dos secuencias muy parecidas esenciales para entender “La conspiración del silencio”. En la primera, un grupo de personas como usted o como yo, le cuentan sus recuerdos a un funcionario que los escucha con atención. Mientras lo hacen y la cámara se concentra en mostrarnos con detalle sus manos, sus pies, las expresiones de sus caras, el coro de la sinagoga Shaar Hashomayim nos conmueve con un canto que sabemos, es de dolor, aunque no entendamos sus palabras. En la segunda secuencia, otro grupo de personas como usted o como yo, con las caras más normales del mundo, escuchan a ese mismo funcionario contarles historias sobre sus recuerdos, que preferirían olvidar. Les dice cuál fue su participación en los delitos cometidos contra los cientos...
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